El capitán Albán, como muchos conocían al quiteño Guillermo Albán González, falleció este jueves, 26 de enero, a los 97 años en Guayaquil.
Fue deportista, político, docente y un estudiante que no paraba de aprender.
Publicidad
Era el padre del torero Guillermo Albán, y su vitalidad era tal que obtuvo a los 91 años un doctorado en Humanidades y Artes de la Universidad de Jaén (España). En 2013 obtuvo una maestría en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Inglés como Lengua Extranjera.
Durante más de setenta años, Albán se dedicó a la docencia: laboró para la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil y la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).
Publicidad
Impartió cátedra de Economía, Gramática y Redacción en Inglés en la UEES hasta sus 78 años.
Hasta el año pasado continuó en esta institución bajo servicios prestados. Se dedicaba a la traducción de textos de español al inglés y corrigiendo la gramática.
Generación perdida: Guillermo Albán, de 95 años, lleva más de siete décadas trabajando
Hace un par de años, el capitán Albán contó a EL UNIVERSO que su primer empleo fue como profesor de español en Washington (Estados Unidos). Comenzó su vida laboral a los 18 años en la Universidad de Yale, donde luego obtuvo su título de licenciado en Artes Liberales, en 1946.
En Yale estuvo solo tres meses y después fue contratado por dos años cuando se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Ganaba $ 1 la hora, y con lo que sumaba al mes pagaba su habitación y otros servicios.
Albán contó que era el tiempo de la Segunda Guerra Mundial y había escasez de profesores. La universidad se enteró de su conocimiento y lo contrataron.
Pero no solo los idiomas formaron su experiencia laboral, sino también la política.
Apoyó la campaña del expresidente Galo Plaza Lasso (1948-1952) y trabajó en su gobierno como director técnico de Asuntos Económicos y Relaciones con el Exterior del Ministerio de Economía por dos años. Tenía solo 23 años.
Del cargo público saltó a la gerencia de la empresa Macisa, que perteneció a su padre.
En la importadora de materiales de construcción estuvo alrededor de diez años y participó en la edificación del centro comercial Albán Borja.
Después decidió crear su propio negocio de transporte de derivados de petróleo bajo la razón social Transpetróleo; para ello, obtuvo el título de capitán de Altura de Segunda Clase, en 1964, por la Dirección de la Marina Mercante.
Compró barcos y se dedicó al transporte de derivados de petróleo durante algunos años. (I)