Marcelino Rossi, de 56 años, y su hijo Salvatore, de 26 años, vivirán juntos por primera vez una experiencia mundialista en Qatar 2022.
Vestidos con la camiseta tricolor, la mañana del sábado 12, ellos llegaron de Quito a Guayaquil para salir rumbo hacia Europa y luego seguir hacia el Medio Oriente, donde acompañarán a la Tricolor en sus tres primeros partidos, incluyendo el encuentro inaugural ante el país anfitrión, Qatar.
Ellos se mostraron entusiasmados de poder compartir con un grupo de ecuatorianos que partió en un tour de una agencia de viajes, que congregó a nacionales de más de diez provincias.
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El padre cumplirá su tercer Mundial, luego de estar en Alemania 2006 y Brasil 2014, mientras que su hijo se estrenará en la cita deportiva.
“Yo trabajo para esto. Es mi pasión y mi vida apoyar a la Selección. Lo tomo como unas vacaciones”, dijo el hombre, quien cumple labores de gerente en una importante compañía de línea de equipos de limpieza para el hogar y maquinaria profesional e industrial.
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Él contó que ahorró durante dos años para pagar de contado el programa de viaje y de esa manera no arrastrar deudas a su retorno. El paquete por pasajero en su operadora se cotizaba en $ 10.500.
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En general, el plan con la agencia de viajes les tomará 20 días, del 12 de noviembre al 3 de diciembre próximo.
Salvatore, quien es periodista, dijo que estaba feliz de vivir la pasión del fútbol en tierras tan alejadas del país y en compañía de su padre, quien es su ejemplo a seguir, contó.
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En sus equipajes, ellos llevaban camisetas tricolores, incluyendo una autografiada por el portero de la Selección y de Liga Deportiva Universitaria (LDU) de Quito, Alexander Dida Domínguez, y además de la bandera del país.
Ellos partieron el sábado anterior desde Quito hacia Madrid, con escala en Guayaquil; luego siguieron hacia Estambul y Capadocia, en Turquía; después avanzarán a Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, donde en estas semanas harán base de su hospedaje.
Ambos recalcaron que irán a cumplir las disposiciones y regulaciones en tierras árabes. En el programa de una agencia les compartieron varias medidas, como uso de indumentaria recatada y la prohibición de tomar cervezas en lugares públicos; solo se puede en sitios regulados, entre esos de hoteles.
“Cuando está en otro país tiene que cumplir las leyes de cada país. Uno tiene que respetar; nos adaptamos a las reglas”, comentó Marcelino.
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Al finalizar la etapa de grupos del Mundial, ellos seguirán un paseo breve por Israel y volverán a Madrid. Desde este último destino europeo, Salvatore emprenderá el retorno a la capital del país, y su padre cumplirá actividades laborales en tierras españolas.
Marcelino se colocó una corona desarmable para ser fotografiado por este Diario, antes de su partida. “Para que vea que somos los reyes de Latinoamérica”, dijo el hombre, quien se mostró orgulloso de poder presenciar el evento donde estará su país. (I)
