Camas vacías y reservas a menos del 50 % -comparadas con otros años- son algunos de los escenarios que se palpan en diferentes hoteles de Guayaquil. La percepción de inseguridad y de violencia en la ciudad ha pasado factura al sector turístico, pues la llegada de viajeros extranjeros a los establecimientos de alojamiento se ha mermado en los últimos meses.