Durante los recientes diez días la comerciante Dora Luna ha estado expuesta al sonido de dos generadores de energía eléctrica que están ubicados frente a su local en la calle Rumichaca y Aguirre, centro de Guayaquil. Uno fue adquirido por ella para poder atender en su negocio de plásticos y el otro es de una vendedora vecina en esa zona.