A las 11:30, el termómetro marcaba 30 grados centígrados y el sol caía sin tregua el domingo sobre el malecón Simón Bolívar.

Sin embargo, en uno de sus rincones más concurridos, la escena era distinta: un enorme banner anunciaba Ciudad de Nieve, una atracción que promete llevar al visitante desde el trópico hasta un ambiente polar en cuestión de minutos.

Antes de ingresar, el contraste ya se sentía. En la fila, bajo el sol inclemente, los asistentes recibían chompas térmicas, gorros y guantes. Bajo el abrigo, el sudor se hacía inevitable.

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“¡Qué calor que hace!”, repetían casi al unísono quienes aguardaban su turno. Desde la entrada, los encargados tranquilizaban al público: “Una vez adentro, se van a olvidar de todo este calor”. No exageraban.

Al cruzar la puerta, el cuerpo se enfrenta a una temperatura de -18 grados centígrados. El bullicio del malecón queda atrás y da paso a un espacio cubierto de nieve real, donde los villancicos acompañan las risas de niños que corren, se lanzan bolas de nieve y se dejan caer para formar angelitos blancos sobre el suelo helado.

Padres y madres no se quedan al margen: se suman al juego, sonríen, toman fotografías y, por momentos, parecen olvidar que están en Guayaquil.

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La ambientación refuerza la sensación de estar lejos del Puerto Principal. Un árbol navideño, un oso polar y un reno decoran el lugar, mientras la nieve cae suavemente y el frío cala en las manos pese a los guantes.

Por instantes, la experiencia remite a algún rincón de la Sierra ecuatoriana, muy lejos del clima que acompaña a los guayaquileños durante todo el año.

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Entre los visitantes está Joselyn Oquendo, quien llegó acompañada de su hija Valentina, de 9 años. La niña, emocionada, no oculta su entusiasmo.

“Está siendo una experiencia maravillosa. Hice bastantes angelitos de nieve y le lancé a mi mami unas bolas de nieve también. Estoy feliz, aunque tengo mucho frío”, comenta. Al hablar de la Navidad, su deseo es sencillo: “Que haya amor y paz para todas las familias”.

A pocos metros, William Chica observa el juego familiar con una sonrisa. Para él, la propuesta resulta novedosa. “Chévere, chévere, bacán. Bastante creativo, está divertido. Se lo recomiendo”, señala.

Llegó con toda su familia y asegura estar contento con la experiencia. “Lo mejor para todo el Ecuador. Ojalá que se termine esto que estamos pasando y que salgamos todos adelante. Feliz Navidad”, agrega.

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La curiosidad también atrae a quienes no tenían planes de ingresar. Una familia que paseaba por el malecón llegó desde Durán sin imaginarse la sorpresa.

“Venimos a caminar un rato y nos topamos con esto. Los niños insistieron y decidimos entrar”, contaba César Mendieta, aún acomodándose el gorro.

Su esposa, Lucía Cortez, coincidió: “Nunca pensamos ver nieve aquí. Es algo diferente y bonito para compartir en familia”. Para ellos, el frío valió la pena.

Guayaquil sobre Nieve es la primera experiencia invernal con nieve real instalada en el Malecón 2000, en el sector de La Rotonda.

La atracción funciona todos los días, de 11:00 a 22:00, y permite estancias de 30 minutos por turno. Incluye abrigo completo para el ingreso y cuenta con zonas para fotografías y actividades recreativas.

Entre risas, fotografías y mejillas enrojecidas por el hielo, las familias salen comentando la sorpresa de haber pasado del calor sofocante a un ambiente polar en cuestión de segundos.

Costo de entrada para espacio de nieve

Cada visitante podrá disfrutar de 30 minutos dentro del espacio climatizado, bajo estándares de seguridad y supervisión profesional.

Además, tiene espacios de fotografías, personajes temáticos, ambientación navideña y actividades recreativas.

Costo de entradas: niños de hasta 3 años, gratis; personas de 2 años en adelante, $ 6. (I)