Daniel, de 12 años, agarraba la mano de su primita Sofía, de 3 años, la mañana de este domingo, 15 de diciembre. Le abrochaba el cinturón de seguridad y le repetía que se quedara quieta, que vea por la ventana del avión, que ya iban a despegar.
Era la primera vez que volaban juntos y estaban muy emocionados como los otros 800 niños que participaron en la celebración Alas para la Alegría, que organizó la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) por Navidad en la Base Aérea Simón Bolívar, en el norte de Guayaquil.
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https://www.eluniverso.com/guayaquil/comunidad/familias-guayaquilenas-disfrutan-de-shows-y-actividades-navidenas-en-barrios-e-instituciones-nota/
Hasta ahí llegaron cientos de niños en varios buses desde diferentes cooperativas de Durán, sobre todo de los sectores más complicados del vecino cantón, como El Arbolito, Oramas González, Primavera, Abel Gilbert, El Recreo, incluso de Fincas Delia, en donde hay asentamientos informales con falta de servicios básicos, además del incremento de la delincuencia.
El brigadier Luis Fierro, del Comando de Operaciones de la FAE, indicó que los aviones que se utilizaron para que los niños disfruten de esta actividad fueron el Hércules C-130, con capacidad de 90 niños, y el Casa C-295M, con capacidad de 69 niños en cada viaje. Se realizaron siete viajes entre las dos aeronaves.
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Él explicó que se buscó tener un detalle especial con los niños que viven en sectores muy vulnerables, en donde ellos han incursionado como parte de los controles por el estado de excepción, dijo que la mayoría de los niños quisieron cumplir su sueño de volar por primera vez.
Y así fue. Los niños acudieron por grupos en cada avión e iban despegando cada media hora.
“Oe, mi pana, está buenísimo”, “Mira se ve el estadio chiquito”, “Está bacansísimo, se ve todo Guayaquil”, decían los menores mientras disfrutaban de este vuelo que recorrió por 20 minutos a 2.000 pies de altura la zona sur del Puerto Principal, luego retornó hacia el norte por Samborondón, en Guayas, para volver a aterrizar en la base aérea, en la Atarazana.
Además del grupo de niños de Durán, también llegaron varios pacientes pediátricos con cáncer.
Katiuska, del albergue Soldaditos de Dios, manifestó que llegaron con 28 niños de provincia que tenían el sueño de volar y no habían podido.
Por ejemplo, una paciente de 11 años que llegó desde Quevedo, ella padece de cáncer al hígado. “El sueño de ella es volar, su tratamiento ha sido muy complicado, por eso queremos que disfrute de este paseo, que esté feliz”, comentó ella.
Los menores disfrutaron de este vuelo, además del paseo en gusanito dentro de la ciudadela FAE y de un show y una fiesta de Navidad en un coliseo en ese sitio.
Las madres de los niños indicaron que este fue un sueño que ellos tenían, incluso algunos menores aprovecharon y les hicieron una carta de Navidad a los militares.
“Estamos agradecidos, ellos ahora ya han volado en su vida, algunos dijeron que querían ser militares para volar mucho más, hacer paracaídas, otros quieren ser pilotos. Ellos ya vinieron con esas ganas de conocer más, de volver a subirse a un avión”, comentó una de las madres de los niños, quien es también líder barrial y prefirió mantener su nombre en reserva. (I)