Cuando llegaron los bomberos al último piso de un edificio de Puerto Santa Ana, su hermano estaba encerrado en su habitación, asustado. Este hombre, que acabó con su propia vida cuatro horas después de amenazar con lanzarse al vacío, tenía un cuchillo en la mano y un tenedor en la otra para impedir que lo rescataran. “Estuvo leyendo la Biblia desde la madrugada”, contó.