“Lleve las flores, lleve las flores”, voceaba este martes José Robayo cerca a la puerta 1 del Cementerio Patrimonial de Guayaquil. Eran las 11:30 y decenas de personas ingresaban para visitar las tumbas de sus familiares. El Día de los Difuntos generó una gran concurrencia en camposantos de la ciudad y sus alrededores. También fue un aliciente para comerciantes, que intentan recuperarse económicamente.