En la vía de acceso a la Unidad Educativa Aída León de Rodríguez, ubicada en el suroeste de Guayaquil, se colocaron cintas limitantes para evitar el paso vehicular. Dentro de esa área, en una mesa, Carlos Reyes contaba con varios cartones y una máquina para plastificar certificados de votación.

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Hasta el mediodía, el trajín comercial aún era menor al proyectado para esta jornada de elecciones anticipadas y referéndum, dijo este comerciante.

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A esa hora, él llevaba aplicados 150 plásticos en certificados. No obstante, la meta estaba por debajo de los 450 pedidos que esperaba tener con el material que había adquirido en estos comicios.

Por otro lado, este vendedor informal observó como positivo que se registre ese orden y limitación de instalación de los vendedores en el acceso principal, debido a la situación de inseguridad que afecta a la urbe.

Asimismo, en otros puntos de la urbe, comerciantes dedicados a la plastificación de certificados de votación registraron una baja demanda de clientes entre la mañana y las primeras horas de la tarde de este domingo de elecciones.

Esta tarde, en los exteriores del colegio Sagrados Corazones, José Analuisa y una allegada realizaban la plastificación de documentos en dos máquinas instaladas cerca al ingreso principal de ese recinto electoral.

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En comparación con otros comicios, él coincidió en que se mantenía una baja tendencia de pedidos para la colocación de plástico en certificados.

En su puesto, alrededor de las 13:00, él llevaba unos 200 documentos plastificados. Sin embargo, la cifra estaba alejada de sus expectativas de tener entre 600 y 800 pedidos.

“Un poco bajo, no hay mucho movimiento, no está viniendo la gente, hay que ver cómo avanza hasta que cierren las puertas”, dijo el hombre, que ofreció este servicio a $ 0,25.

Asimismo, en las cercanías del colegio José Joaquín Pino Icaza, en La Atarazana, los votantes salieron por una puerta pequeña y varias personas se mantuvieron “enganchando” a clientes para llevarlos hacia las mesas donde colocaban los protectores.

Servicio de plastificación en las calles Quito y El Oro, cerca al colegio Sagrados Corazones. Foto: El Universo

El ciudadano Ariel Yagual decidió proteger con plástico su certificado de votación para evitar daños en el documento al guardarlo en su billetera.

“Le coloqué de una vez, por si acaso no haya segunda vuelta”, dijo el usuario.

En otros planteles del sur porteño, el documento se ofreció hasta en $ 0,20 en puestos que se instalaron a varios metros de distancia de los ingresos, como en la av. Ernesto Albán.

En el colegio Marianita de Jesús, en las calles Chile y Gómez Rendón, otros comerciantes también coincidieron en la baja de la demanda.

Uno de ellos, Roberto Pinto, sostuvo que la gente estaba “indecisa” de aplicar el plástico por la posible segunda vuelta electoral, debido a las diversas opciones de candidatos.

“Está flojo, siempre ofrecemos para que en caso de que se mojen no se dañen”, sostuvo el comerciante, que además ofrecía comida, como seco de gallina, a bajo costo.

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Otros negocios de comida también se apostaron en las cercanías de recintos electorales.

En la escuela Francisco Obando, en el suroeste, Miguel Piña ofreció churros en la esquina de este recinto electoral.

A diferencia de otros domingos de recorrido por vías del sur, él esperaba sacar réditos económicos en ese punto por la concurrencia de electores. “Normal la venta, ahora aquí y más luego toca dar vueltas”, dijo este comerciante.

Hasta las 17:00, hora de cierre de la jornada de elecciones, estos comerciantes esperaban aumentar las ventas para obtener suficientes ingresos que les permitan compensar lo invertido en material y productos. (I)