El continuo paso de buses de 18 líneas de transporte público ha marcado el trajín de la calle Esmeraldas en los recientes años. Aquello ha implicado que los residentes convivan con mayor ruido y emisión de gases, además de un mayor flujo de ciudadanos que aguardan o arriban por los buses.
Desde fines de junio pasado, los trabajos de apuntalamiento y luego el inicio de la demolición del edificio Fantasía, ubicado en Esmeraldas y 9 de Octubre, motivó que estas líneas cambien sus rutas para evitar mayor tráfico que podría repercutir en la estructura, que evidenciaba un progresivo hundimiento e inclinación, con riesgo de colapso.
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Cuatro aspectos que reflejan los altibajos en el servicio de los buses en Guayaquil
Gustavo Rivadeneira, dirigente barrial, manifestó que el exceso de buses fue uno de los factores que habrían motivado una mayor inclinación del Fantasía, que ya estaba afectado. Esa situación se expuso a las autoridades y decidieron desviar las unidades mientras dure la demolición.
Con los primeros trabajos, los buses continuaron sus rutas por las calles Clemente Ballén y por Vélez para continuar al norte por José Mascote y Carchi, respectivamente.
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Así, el trajín en parte de la calle Esmeraldas ha variado. Con estos cambios, entre vecinos hay pedidos para un reordenamiento del tráfico de transporte urbano, una vez que culmine la intervención del edificio Fantasía. Su demolición comenzó el martes 27 de agosto y se estima que durará dos meses aproximadamente, según el cabildo.
Por un lado, los vecinos de la calle Esmeraldas plantean que salga o baje el flujo de carga de transporte urbano que soporta esa vía, ya que le atribuyen la generación de constantes movimientos y malestares.
Tessa Massa, vecina de un inmueble patrimonial de Hurtado y Esmeraldas, dijo que han padecido por ruido desde las 05:00, incluso por el paso de buses a alta velocidad.
“El problema del humo, bulla de pitos, tráfico insoportable, aparte que es calle asfaltada no hecha para este tráfico pesado, que sí era la calle Quito donde antes pasaban, afecta una barbaridad. Además, las vibraciones: un solo bus mueve esta mole de casa”, dijo ella, quien agregó que además la zona podrá reactivarse con la eliminación de una ciclovía que disminuyó los parqueos.
En estas semanas, dijo, sin buses ha mejorado la convivencia. “Hemos estado de lo más tranquilos posible. Queremos seguir viviendo así, en paz”, expresó, y dijo que los buses deberían volver a la av. Quito.
A su vez, la vecina Fadua Aucar ha pedido que se evalúe un posible retorno de varias líneas de buses a la av. Quito, con lo que esperan que se reactive el ámbito comercial.
Ella consideró que las avenidas Quito y Machala están diseñadas en dimensiones y estructura para soportar el intenso tráfico de líneas de buses, y pueden aliviar los puntos de flujo para descongestionar las calles secundarias.
De concentrarse en unas pocas vías, en este caso, la Esmeraldas, manifestó que estará propensa a la formación de baches, teniendo en consideración la llegada del invierno.
Esa situación se ha evidenciado en anteriores inviernos con la formación de grandes deformaciones y hundimientos, sobre todo en los carriles por donde circulan los buses y cerca de los paraderos.
Además, mencionó que el uso de la av. Quito motivará un beneficio comercial para locales, además de percepción de mayor seguridad para el sector, que en los últimos años se ha visto afectado por una merma del comercio acostumbrado.
“A mayor circulación y tráfico, los peatones y vehículos se sienten más seguros y de alguna manera se garantiza la presencia policial” manifestó.
En la av 9 de Octubre, entre Quito y Machala, en la zona norte del tramo, a su vez, han pedido su reapertura, que por ahora permanece bloqueado al paso de autos particulares. Ese tramo se ha vuelto unidireccional solo para los carros que vienen por la calle Quito y que pueden tomar a la izquierda para conectarse a la 9 de Octubre.
Ante los pedidos de los vecinos y el malestar por la alta circulación acostumbrada en la calle Esmeraldas, Rivadeneira dijo que se debería buscar un punto de equilibrio y no saturar una sola vía con las unidades luego de que el Fantasía sea demolido.
Expuso que se debería realizar una redistribución de buses, de manera equitativa, por varias calles céntricas, con el fin de tener un promedio de una a cinco líneas de buses.
Ante ello, el gremio barrial ha tenido acercamientos con la ATM para plantear estos pedidos, por ahora esperan una solución definitiva que pueda mejorar su convivencia. (I)