Niños y adultos estaban encantandos y sorprendidos al observar el paso de embarcaciones y aeronaves que participaron en el desfile náutico realizado esta mañana en el río Guayas, en honor a los 488 años de proceso fundacional de Guayaquil y 82 años del combate de Jambelí.
El público, en su mayoría grupos familiares, copó la zona de las barandas cercanas al río Guayas; asimismo dos torres de miradores, ubicadas entre las calles Aguirre y hasta la av. 9 de Octubre.
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Pasadas las 10:00, en el muelle del Yacht Club, autoridades ingresaron para compartir el evento. Allí, un grupo de danza folclórica del colegio Liceo Naval dio inicio al desfile con una demostración de baile.
Luego, la banda musical de la Armada entonó la canción Guayaquileño, madera de guerrero. Estos músicos se ubicaron en el puente que une la zona de la Torre Morisca con el Paseo de los Presidentes.
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Para dar paso a las embarcaciones, dos aeronaves de la Naval cruzaron a mediana altura desde la isla Santay hacia la calle Loja. Aquello captó la atención de los presentes, que desde temprano llegaron a buscar un buen puesto en el malecón.
Después, en el río, desde la isla Santay hacia la calle Loja siguió el paso de al menos tres embarcaciones de Bomberos, Asociación de Remos, tres embarcaciones de Riverdock, además de lanchas guardacostas de Armada, Infantería de Marina y el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar).
Con la exposición de estas embarcaciones y sus funciones, José Ramírez, quien llegó con varios familiares al malecón, resaltó el aporte de la Naval en los combates y actividades de defensa nacional. Él disfrutó de los sobrevuelos de aeronaves y paso de las lanchas guardacostas, que son parte de las actividades de control marítimo de la Naval.
Durante el desfile, varios de los presentes, incluyendo familiares de Ramírez, aprovecharon para captar videos e imágenes de las embarcaciones y las aeronaves.
“Este es un desfile náutico que debe darse de por vida, porque las generaciones nuevas van desconociendo lo que han sido nuestros padres y abuelos. Esto es hacer patria”, dijo el guayaquileño Ramírez, quien después del evento planeaba probar mariscos en un restaurante del malecón.
En la parte final, los asistentes disfrutaron de una demostración de intervención de una lancha que trasladaba supuestamente droga en altamar. Durante unos diez minutos, un helicóptero, una lancha guardacostas y un bote realizaron un operativo en el río para dar con los sospechosos.
Un ciudadano quiteño, Santiago Múñoz, estaba complacido con las demostraciones aéreas y marítimas, con sus comunicaciones que se replicaron en altoparlantes, para realizar la captura de los implicados en el traslado de droga en lancha.
“La organización muy plena. Antes había visto solo por televisión”, dijo el hombre, que llegó desde Quito con su esposa e hijo.
Laura Cruz, quien reside en Estados Unidos, acudió con hermanos, esposo y sobrinos. Ella dijo que le pareció interesante escuchar la explicación de la funcionalidad de las embarcaciones y su papel en los patrullajes y control marítimo.
“La explicación para que el público aprenda y sepamos cuál es la necesidad de estos barcos para nuestro país. Ahora queremos conocer el Buque (Escuela Guayas)”, señaló la ciudadana, que llegó hace unos días a la ciudad.
En la parte final del evento, que se extendió por más de una hora, alrededor de diez paracaidistas aparecieron en lo alto y cayeron al río con banderas de Ecuador, Guayaquil y entidades navales. Los aplausos del público se hicieron sentir durante su demostración y en respaldo a la Armada Nacional.
Al cierre, tres aeronaves de Aeroclub cruzaron nuevamente para culminar el desfile. Los gritos de “¡Viva Guayaquil!” se replicaron entre los asistentes en el término del evento. (I)