Al llegar a la esquina de las calles 10 de Agosto y 6 de Marzo, en el centro de Guayaquil, la voz de los trabajadores de locales en la zona se escucha con las ofertas.
“Venga, uniforme barato desde $ 5″, “Hay descuento por media docena”, “Lleve que se acaba”. La misión de los jóvenes, en muchos de los casos, es llevar clientes hasta los locales y concretar las compras antes del inicio de clases.
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Este tipo de ‘activaciones’ en el centro incrementaron la última semana de marzo. Los negocios pasaron de ofrecer disfraces, togas o impermeables a exhibir uniformes y todo lo relacionado con las clases.
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En el local de María Padilla, la confección de uniformes empezó en diciembre de 2024. En ese mes concretaron la cantidad de prendas que iban a ofrecer en las últimas semanas de marzo y primeras de abril. Su propietaria contó que en este año no quisieron ‘aventurarse o lanzarse’ a confeccionar en grandes volúmenes, ya que primero quieren palpar el comportamiento de las ventas hasta mediados de abril.
“Esperaremos a ver como se vende la primera mercadería, si nos va bien, vamos avanzando a confeccionar y ofrecer más en el local”, dijo Padilla.
En la distribuidora que está ubicada sobre la calle 10 de Agosto, si bien no ha tenido una gran demanda -hasta el momento- de uniformes para instituciones públicas, sí lo ha logrado con particulares que hicieron pedidos anticipados.
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Odalia Chimbay, otra comerciante que recorre los alrededores del Mercado Central, señaló que espera el ‘reventón’ de compras desde mediados de abril, a días de que se inicien las clases. Para el régimen Costa-Galápagos está establecido que el 5 de mayo arrancan el año de forma escalonada.
“Aún no tenemos ventas como quisiéramos, pero igual nos estamos preparando para los últimos días y tratar de vender alguito ahora que arranca el mes”, manifestó Chimbay.
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Varios de los comerciantes tienen su expectativa colocada desde que se inicia abril, ya que han hecho préstamos para adquirir mercadería, en el caso de los que no confeccionan.
Gabriela Guamán, dueña de un puesto en Pío Montúfar, que en la temporada escolar ofrece uniformes (antes de ello vende disfraces), dijo que invirtió casi $ 1.500 para tener llenas sus perchas de camisas blancas y café claro, pantalones negros, cafés, grises y uniformes de educación física.
“Todos tenemos fe de vender, de que la gente no solo venga a preguntar. Ya estamos teniendo algunos papitos que tienen aún dinero del décimo y están haciendo compras anticipadas”, contó Guamán.
Javier Castro, por ejemplo, se trasladó desde el sector de Flor de Bastión al centro de Guayaquil para adquirir los uniformes de su hijo que va a tercer curso. Semana a semana, desde mediados de marzo, ha comprado de a poco lo necesario para el inicio de clases. “La próxima semana nos toca los útiles y así vamos a poquito comprando lo que falta”, manifestó el padre de familia.
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El pasado sábado gastó $ 20 en un pantalón y dos camisas. El presupuesto de las familias va desde $ 20 hasta $ 50.
Los locales de los alrededores del Mercado Central ofrecen estos artículos desde $ 5, dependiendo de la calidad y de la talla. También venden corbatas desde $ 2, al igual que paquetes de medias.
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Entre las prendas más demandadas están las camisas manga corta de color blanco azulado. Esas se cotizan desde $ 4 y $ 5 en los negocios. Asimismo, los zapatos negros desde $ 10 en tallas pequeñas.
Por consultas de precios o para concretar las compras, familias enteras recorren los locales que abren desde temprano en el centro. El dinamismo en las ventas se observa no solo en los locales, sino también en los comerciantes autónomos que recorren las diferentes calles del casco central con cinturones, ropa interior y medias a precios que van desde $ 2.
Tito Paucar pasó de ofrecer gafas a cinturones de colores y de cuero. “Aquí tenemos los cinturones de todos los colores que a veces piden. Si no los tenemos, ahí nos apoyamos con otros vendedores que están por aquí”, manifestó. (I)