La Comunidad de Schoenstatt vivió una eucaristía diferente por la celebración de los 50 años de vida sacerdotal del padre José Luis Nieto, la primera vocación ecuatoriana del Instituto de Padres de Schoenstatt.

En el Santuario Nacional Familia del Padre hogar para el mundo, ubicado en el norte de la ciudad, se dieron cita decenas de feligreses que se unieron a este homenaje la noche del viernes, 18 de agosto.

Antes de que se inicie la ceremonia religiosa, liderada por monseñor Luis Cabrera, Elsa Nieto, hermana del padre José Luis, hizo una semblanza citando los principales logros y aportes de él durante estos 50 años.

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Sacerdote Marcelino Armendáriz cumplió 50 años de vida sacerdotal

Recordó que el padre José Luis recién graduado del Colegio San José La Salle e iniciando sus estudios universitarios en la carrera de Ingeniería Química, conoció el movimiento y pronto en esa comunidad encontró su vocación al sacerdocio.

Él recibió el sacramento del Orden Sacerdotal en el Santuario de Bellavista, en Santiago de Chile.

En 1978 regresó a su Guayaquil natal y desde entonces estuvo al servicio del crecimiento material y espiritual de toda la obra de Schoenstatt en Ecuador.

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La abundante vegetación del santuario es fruto del esfuerzo y trabajo del padre José Luis, quien de su propia mano y con la ayuda de los jóvenes que forman parte del movimiento, inició la siembra de los primeros árboles en lo que hoy es un jardín en ofrenda a la advocación de la Madre y Reina Victoriosa que allí se venera.

El padre José Luis Nieto fue quien impulsó la construcción de la iglesia de Peregrinos y de la casa José Engling, sitio de reuniones para la juventud masculina del movimiento.

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También fue mentalizador y fundador de la Unidad Educativa Monte Tabor Nazaret que se inició en esta última casa. Allí hay un edificio de artes que lleva su nombre.

Monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, resaltó la labor del padre José Luis y de la comunidad que lo ha acogido en estos años de servicio sacerdotal.

Con llamado a ser buenos pastores, tres jóvenes se ordenaron como sacerdotes católicos y otro como diácono

Feligreses miembros de la Familia de Schoenstatt reconocieron la trayectoria del sacerdote y expresaron su agradecimiento.

“Durante toda su vida sacerdotal hemos tenido mucha cercanía con él por todos lados donde ha pasado como seminarista o como sacerdote, ha dejado una huella muy paternal” expresan Florentino y María Antonieta Briz.

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“Es el orgullo de la familia ecuatoriana la primera vocación que dejo en alto los valores y las gracias recibidas de Schoenstatt que fueron fecundas en su vida. Agradezco todo el verdor del santuario porque cada planta, cada árbol fue conquistado por el padre José Luis, se la debemos a él, a la insistencia con que él trabajó para ese Jardín de la Mater”, dijo Leticia Quiroz de Zambrano. (I)