Guayaquil es una urbe de destacada belleza arquitectónica con diferentes tipos de influencias. Estructuras imponentes por su tamaño y forma, detalle y funcionalidad. En el Guayaquil de hoy existen megaproyectos en ejecución con alto valor estético; sin embargo, cuando se cumplen 486 años del proceso fundacional de la ciudad damos una mirada a cinco edificios íconos, atractivos patrimoniales que se mezclan con el rostro moderno de la Perla del Pacífico.
La Empresa Pública Municipal de Turismo en su guía Guayaquil es mi destino, para conocer su patrimonio estableció el tema “Edificios y atractivos patrimoniales públicos”. Allí, a través de investigaciones, recopilación de publicaciones hechas por historiadores, urbanistas, arquitectos y expertos en patrimonio cultural y turístico, detalla verdaderas joyas que cautivan a quienes las recorren.
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Los edificios donde se concentra el gobierno descentralizado y la representación del Ejecutivo en Guayas son los primeros de esta nómina patrimonial en que se sigue escribiendo la historia.
El Palacio Municipal
Su diseño fue encargado al arquitecto Francisco Maccaferri y su construcción al ingeniero Juan Lignarolo. Muestra un estilo renacentista moderno; en su fachada se destacan ornamentaciones como los cóndores, las cúpulas, los jarrones, así como los bajorrelieves interiores.
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Esta obra se construyó entre 1924 y 1929, está ubicada en avenida Malecón S. Bolívar y 10 de Agosto, frente al río Guayas y junto a la Plaza de la Administración. Es uno de los edificios icónicos de la urbe porteña, sede del cabildo de Guayaquil.
El palacio Municipal representa nuestro pasado colonial y nuestras raíces, además su ubicación es muy representativa pues está frente al río, donde antes existían muelles que impulsaban un comercio creciente, una de las principales características de esta ciudad portuaria. Su galería es impresionante, como la que existe en grandes ciudades de Europa
Carlos Andrés Concha, director técnico y de planificación de Minutocorp S.A.
El Palacio de la Gobernación
De estilo neoclásico, en él se destaca la ornamentación de los tallados de capiteles (piezas decoradas que coronan las columnas y reciben el peso del entablamento), cornisas y molduras. El arquitecto alemán Augusto Ridder fue quien inició su construcción en 1923, siguiendo el trazado original del ingeniero italiano Mario Gherardi, y entregó la obra en 1924. Desde este lugar despacha el máximo representante del Ejecutivo en la provincia y está ubicado en la avenida Malecón S. Bolívar y Aguirre, frente al río Guayas, a pocos metros del Palacio Municipal. Desde el año 2014, la Universidad de las Artes también funciona en este edificio.
El 23 de julio de 1982 fue declarado patrimonio cultural, cuenta con el pasaje Illingworth y el salón Libertador Bolívar, donde se realizan diversas actividades.
La Iglesia San José
De influencia renacentista, allí descansaron por casi 17 años los restos de la santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, luego su cuerpo fue trasladado a su natal Nobol. Su construcción se inició en 1905, a cargo de Francisco Manrique, pero fue el arquitecto italiano Francisco Maccaferri quien la concluyó en 1926. La estructura está ubicada en las calles Eloy Alfaro y Manabí.
La Torre Morisca
Construida por Francisco Ramón y Joaquín Pérez-Nin y Landín, ambos españoles, en 1931 sobre el actual Malecón Simón Bolívar, a la altura de la calle 10 de Agosto, alberga el reloj de la ciudad cuyo mecanismo aún funciona. Su base es de 28 metros cuadrados, tiene 23 metros de altura, con una cúpula árabe de arquitectura bizantina.
En 1937 su diseño fue modificada por Juan Orús Madinyá y fue quien le dio su aspecto actual que corresponde a un estilo árabe-bizantino. A pesar de ser construida en pleno auge de la arquitectura moderna, su estilo arquitectónico es mucho más antiguo. Se podría pensar que fue solicitada así para llenar ese vacío existente de arquitectura histórica de nuestra ciudad que fue arrebatada por los incendios que sufrimos en el pasado. De haber sido ese su propósito, me permito afirmar que su cometido fue exitoso
Hernán Molina, arquitecto; participó en la construcción y remodelación del Estadio Capwell, Parque Samanes, hoteles, hospitales y urbanizaciones.
El barrio las Peñas
Declarado como Patrimonio Cultural del Ecuador en 1982; el Municipio de Guayaquil realizó trabajos de remodelación y regeneración entre los años 2002 y 2008, fue hogar de once presidentes, además de grandes músicos como Antonio Neumane, e incluso de la educadora Rita Lecumberri.
Marlon Pantaleón, director de la academia artística Estudio Paulsen, que funciona en la casa de caña y madera construida en 1818, donde vivió Antonio Neumane, dice que Las Peñas simbolizan plenamente el guayaquileñismo.
Es un barrio cultural, turístico y bohemio que engloba mucho del movimiento artístico que hay en la ciudad, convirtiéndose en un atractivo turístico nacional e internacional porque está cargado de historias y un atractivo arquitectónico resultado de la fusión de las corrientes coloniales y contemporáneas
Marlon Pantaleón, actor y gestor cultural.
Otras joyas arquitectónicas
Entre ellas está el Cementerio Patrimonial, declarado Patrimonio Cultural del Ecuador en el año 2003, un verdadero museo al aire libre.
“Puedo mencionar entre mis edificios preferidos a la Casa Guzmán, ubicada en la Avenida Panamá y calle Imbabura donde funcionará el Museo Nacional del Cacao, el Castillo Martínez de Espronceda ubicado en la Avenida Eloy Alfaro y la calle Venezuela la casa de Clara Bruno de Piana ubicada en la calle Vacas Galindo y Avenida José María Urbina, entre muchos otros”, dice Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa Pública Municipal de Turismo.
La ciudad cuenta con estructuras arquitectónicas contemporáneas privadas llamadas a ser íconos como el Estadio de Barcelona S.C., el edificio The Point en Puerto Santa Ana, el edificio La Previsora, Aeropuerto J. J. de Olmedo, entre muchos otros.