Casa Hogar Perpetuo Socorro trata de mantener atención a niñas víctimas de violencia pese a daños en infraestructura y problemas económicos

Dieciocho niñas con su uniforme de color morado, cada una sentada en una silla, miraban unos videos sobre valores, convivencia social la mañana del miércoles, 6 de marzo. Ellas son parte de las 23 menores que viven en la Casa Hogar Perpetuo Socorro, entidad particular que asiste a niñas víctimas de violencia física, psicológica y sexual.

En ese salón, las niñas reciben diversos tipos de talleres bajo goteras, filtraciones que están en las esquinas de este salón producto de las intensas lluvias de las últimas semanas.

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Bárbara, directora voluntaria de esta institución, señaló que hay decenas de daños en las instalaciones producto del invierno, pero que lo más complicado en este momento es que están pasando problemas económicos, están retrasados con dos meses de sueldo a sus colaboradores.

Ellos son doce profesionales que brindan atenciones dentro de esta casa hogar, como una abogada, una visitadora social, una psicóloga, tutoras, maestras, entre otras.

La directora refirió que en diciembre lograron vender pan de Pascua y galletas, para cubrir algunos gastos, pero que el dinero no les alcanza y ahora están complicados con los pagos al personal.

“Hacemos autogestión, vendemos postres, nos ayudan con donación de alimentos, eso nos sirve mucho, hay mucha gente que nos apoya, pero en este momento estamos viviendo esa situación compleja por la falta de ingresos para seguir con la atención a las niñas”, comentó la directora voluntaria del centro.

Esta casa hogar, ubicada en Bolivia y avenida Quito, acoge a niñas de entre 9 y 18 años que fueron enviadas a casas hogares por orden de un juez ante casos de violencia.

En el lugar hay espacios separados, unos con dormitorios para niñas, otros dormitorios para las más grandes, sala amplia de actividades, comedor, capilla, sala de computación, entre otras áreas, pero todas necesitan arreglos de mantenimiento, ya sea en los pisos, techos o paredes.

Niñas que salen adelante

En esta casa hogar todas las menores están en escuelas y colegios, incluso, unas que ya se han graduado han podido acceder a universidades públicas como la Universidad de Guayaquil y la Espol.

En este sitio, ellas reciben diversas terapias para acompañarlas, encaminarlas durante su tratamiento psicológico.

Trabajadores de esta casa de acogida manifestaron que buscan hacer sentir a las menores en un ambiente familiar, que ellas cumplen rutinas de estudio, talleres, entre otras actividades para seguir con su desarrollo. (I)