Alausí deja huella en Guayaquil con estadía de 26 adultos mayores que protagonizan exposición fotográfica

Ángela Pineda es alauseña. Tiene 88 años y camina con ayuda de un andador metálico. Sin embargo, ella baila y canta con mucho sentimiento las canciones de Julio Jaramillo como Madre Cariñito Santo.

“Ven alumbra mi existir, sin ti mi vida es un llanto, sin tí no puedo vivir. El llanto que estoy vertiendo es amargo como mi vida. Lloraré siempre tu ausencia para sufrir he nacido. Lloraré siempre tu ausencia padecer es mi destino”, cantó al ingresar al salón donde se exhiben fotografías, una de su rostro.

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Es la exposición “Rostros que dejan huellas”, que presenta 26 conmovedores retratos de los residentes del Hogar San Pedro de Alausí, que fueron captados por el lente del fotógrafo alauseño Jairo Rosales.

Al día siguiente del deslave en Alausí, se realizó la evacuación de los adultos mayores del Hogar San Pedro y se los trasladó al hogar Corazón de Jesús, en Guayaquil. Ambos centros de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

Susana Morán, gerente de Hogares de la Junta de Beneficencia de Alausí, explicó que acogieron 26 adultos mayores de Alausí a finales de marzo pasado y que luego de la emergencia en ese cantón, tres adultos mayores fallecieron acá en Guayaquil a causa de enfermedades propias de su edad.

Ella comentó que en la exhibición de sus retratos se les colocó un listón negro.

Agregó que este grupo de adultos mayores fueron acogidos en el albergue en total estado de vulnerabilidad, la mayoría no tiene contacto con su familia, pocos han sido visitados por familiares en Guayaquil.

Morán comentó que esta exposición también es un homenaje a los abuelitos por el mes del Adulto Mayor que se conmemora en octubre.

Jéssica Rivera, psicóloga clínica del Hogar San Pedro de Alausí, manifestó que todos los adultos mayores tienen una destreza motriz muy bien conservada, por lo que aún hacer juegos, tocan instrumentos musicales, entre otros.

Otros de los rostros que impacta en la exhibición es el de Juan Carlos Capito, de 72 años y es porque así como se lo ve en la fotografía tocando su flauta, también se lo puede ver tocándola en vivo alado de su fotografía.

Él se muestra muy contento y orgulloso de su participación al tocar la flauta, instrumento que carga siempre consigo, en su saco. Se sonríe y se acerca a quienes acuden a visitarlo.

Rivera comentó que estos retratos no solo capturan la belleza de la experiencia y la sabiduría de los adultos mayores, sino también su profundo agradecimiento al hogar San Pedro de Alausí, donde algunos ya son residentes por más de 20 años luego del abandono familiar.

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Añadió que ahora los adultos mayores se preparan para regresar a Alausí a finales de noviembre, hasta el momento ellos permanecerán con todos los cuidados médicos, psicológicos y diarios que necesita un adulto mayor, en el hogar del Corazón de Jesús.

Y que a lo largo de estos meses, ha sido toda una experiencia de vida para ellos porque han encontrado no solo un refugio, sino una familia, un nuevo hogar y nuevos compañeros con quienes compartir sus experiencias.

Personal de la Junta de Beneficencia indicó que pese a que el hogar San Pedro de Alausí no se vio afectado por el deslave, se realizan mejoras y remodelaciones para brindar un ambiente más seguro y cómodo a los adultos mayores del cantón y sus alrededores. (I)