25 voces que recalcan los desafíos y tareas que Guayaquil tiene pendiente para mejorar sus estándares en diferentes áreas

Guayaquil es una ciudad diversa y acogiente, que se ha tenido que levantar en diferentes ocasiones a lo largo de sus 487 años de historia, por los estragos y secuelas que han ocasionado enfermedades, la naturaleza o factores económicos que llevaron a crisis.Esta ciudad nacida a orillas del río Guayas intenta otra vez levantarse y recuperarse de las afectaciones que aún se sienten por la pandemia del COVID-19. El virus sigue acechando, pero su población, que ronda los tres millones, trata de sacar adelante ese espíritu de ciudad guerrera y pujante.La Guayaquil del 2022 tiene avances, pero también enormes desafíos para poder mejorar sus estándares en salud, negocios, seguridad, ambiente, deporte, inclusión, educación, cultura y otras áreas.EL UNIVERSO contactó a 25 personajes que ejercen sus profesiones o actividades en diferentes campos. A ellos se les planteó una pregunta: ¿cuál cree que es el principal desafío que tiene la ciudad para mejorar en el sector en el que labora o está involucrado?Para el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Miguel Ángel González, el principal desafío de la ciudad es alcanzar la plena recuperación económica tras los acontecimientos coyunturales, empezando a transitar por la senda del crecimiento, generando empleo adecuado y superando los diferentes obstáculos, como la tramitología, la inseguridad, el contrabando, la informalidad, entre otros. En este sentido, dice que muchos comerciantes todavía siguen en vías de recuperación. En Guayaquil, 84 de los 189 subsectores del comercio aún no alcanzan el nivel de recuperación necesario. Si se hacen los ajustes necesarios, el sector comercial se recuperará, indica.El especialista en impuestos Jorge Ayala cree que Guayaquil tiene varios desafíos para ser una ciudad que facilite los negocios. Considera que por parte de las autoridades centrales y seccionales se debe trabajar de manera integrada en aspectos transversales a la creación, mantenimiento y expansión de cualquier negocio, tales como el mejoramiento de la infraestructura vial, el transporte público, el combate a la inseguridad, la congestión vehicular. Paralelamente a ello, dice, es necesario identificar aquellos negocios en los cuales Guayaquil puede como ciudad ofrecer valor agregado, para en función de ello trabajar en la generación de clústeres (grupos de empresas) con concentración geográfica e integración de la cadena de valor, a efectos de que puedan adecuarse políticas públicas ordenadas para potenciar su desarrollo.La ciudad debe contar con más espacios para dar a conocer los productos, además de impulsar ruedas de negocios para que los emprendedores tengan contacto con la empresa privada. Esto, según el emprendedor Efrén Baquerizo, permitiría el ingreso a más cadenas comerciales e incluso a mercados internacionales. Un desafío es generar un músculo financiero para operar de mejor manera cuando se llega a una mayor escala. La seguridad también es importante para que se generen las ventas esperadas en los negocios de los emprendedores.“Primero necesitamos que a los pacientes con cáncer se los visibilice, diferenciándonos (como grupo) con el cáncer de adultos. Queremos espacios donde se nos integre. Sabemos el gran problema del Gobierno con el tratamiento y falta de medicamentos, por lo que queremos en Guayaquil que se trabaje en el diagnóstico oportuno para los niños y también de adultos”, dice Rafael Palacios, presidente de la Asociación de Padres de Niños y Adolescentes con Cáncer.Quiere que en las universidades de Guayaquil se capacite a los futuros médicos con mallas curriculares donde se incorpore la materia de prevención oncológica y oncopediátrica, porque debido a los malos diagnósticos se pierden muchas vidas, los pacientes se agravan y casi siempre llegan en estadios avanzados en el caso del cáncer.El principal desafío de Guayaquil en materia de salud, según el médico Francisco Plaza, es llenar el gran vacío de la falta de una cultura sanitaria de sus habitantes. A su criterio, esto se logra a través de un programa serio y bien implementado para la salud y planificación familiar, que entre otros logros podría ayudar en el control de la multicausalidad de muchas de las enfermedades y males que nos agobian, como son el embarazo en adolescentes, adicciones de toda índole, accidentes de tránsito, contaminación ambiental y acústica, la falta de una alimentación sana y nutritiva para prevenir una serie de enfermedades metabólicas, como la obesidad, diabetes y las cardiovasculares.Si bien la administración actual ha trabajado en hacer la ciudad más accesible, Víctor León cree que falta mucho por hacer. Los edificios tanto públicos como privados deben ir en esa misma línea; el transporte debe aumentar una flota de vehículos con rampas para que se movilicen las personas con discapacidad, especialmente aquellos con sillas de ruedas; las calles deben poseer las rampas adecuadas para movilizarse de un lugar a otro. Guayaquil tiene en la parte céntrica zonas que brindan facilidades para movilizarse, pero esto debe ampliarse a toda la ciudad.Guayaquil requiere que el pedido de los barrios se escuche y que exista una mayor participación ciudadana en el debate de proyectos, sostiene Guillermo Leones, presidente de la Confederación Unitaria de Barrios; además de una buena distribución de recursos para obras que beneficien a todos los sectores de la ciudad. Esos son temas que van de la mano y que se deben mejorar. Es necesario que los consejos barriales se activen, participen y sean escuchados. Los líderes son, en muchos casos, el nexo directo para conocer las necesidades de los moradores.Para combatir la inseguridad que hay en Guayaquil se requiere decisión y acoger lo que ha dado resultado en otros países, como Singapur y actualmente El Salvador, refiere el especialista en seguridad John Garaycoa. Además, cree que hay que combatir la corrupción en la Función Judicial. “Y no solo es necesario invertir en seguridad, sino también controlar los ingresos e impuestos destinados a esto. Las cárceles deben ser autosustentables, y también debe fortalecerse el factor humano y dar herramientas a los ciudadanos, como una aplicación de vigilancia, para poder ser ojos, oídos y voces a favor de la seguridad ciudadana”, señala. El especialista considera que hay que incrementar el número de cámaras.Guayaquil se ha encendido de colores en los últimos años por el Día del Orgullo Gay, pero esto no evidencia una inclusión, cree Christian Landeta. Según su criterio, se sigue excluyéndolos de lugares públicos y aún se los ve como ciudadanos de segunda categoría. “La verdadera inclusión la sentiremos cuando exista una ordenanza municipal que nos visibilice y que cuente con presupuesto para ejecutar proyectos que fortalezcan a las personas LGBTIQ+ y a la organización social para promover una ciudadanía plena”, asevera.Billy Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, dice que Guayaquil requiere urgentemente acortar la brecha de desigualdades, que mantiene a la mayoría de sus habitantes en condiciones de pobreza y exclusión. Es evidente que la ciudad sufre de segregación y discriminación espacial por condición económica, lo que genera alta y constante conflictividad social.La ciudad, a su criterio, debe generar amplia articulación multilateral para brindar respuestas integrales y duraderas, contando con efectiva participación de población vulnerable, buscando desarrollar buenas prácticas de inclusión e integración.Como voluntaria, Pepita de Zevallos cree que el mayor desafío que enfrenta Guayaquil es saber cómo ayudar a los que menos tienen a mejorar su calidad de vida. Se necesita una ciudad con habitantes que tengan salud y educación, bien dirigida, porque así va a tener una población próspera. No es fácil, dice, ya que generalmente las personas que más necesitan no son guayaquileñas; han llegado buscando mejores días para ellos y sus familias. “No es fácil cambiar maneras de pensar, como tampoco es fácil dotarlos de servicios básicos, transporte, trabajo, etc. No es fácil, pero siempre estamos dispuestos a recibir con los brazos abiertos a quienes nos escogen como su casa y requieren de una mano amiga para salir adelante”, dice.La cantante Mirella Cesa estima que el mayor desafío de la ciudad es convertirse en un semillero de nuevos talentos e impulsar el talento local en las distintas festividades que tienen contratando los talentos locales. “No hay mejor reconocimiento que el darnos trabajo, con lo que sabemos hacer en tarima. Desde mi punto de vista, es la única manera de avanzar”, sostiene.En el tema cultural, Guayaquil enfrenta varios retos; el principal es comprender que el sector cultural es la base de una sociedad saludable; no son solo eventos dirigidos por unas cuantas personas. “Se tiene que asegurar el acceso a la cultura a la ciudadanía; que no sea un privilegio. Se necesita la atención prioritaria para implementar políticas públicas que mejoren el sector cultural”, señala Martha Rizzo, directora de la Casa de la Cultura.Rizzo indica que hay que impulsar programas con proyectos que articulen varios sectores, descentralizar presupuesto para actividades culturales que tengan un impacto social y educativo. Además de mantener programas constantes de educación continua para artistas y gestores. Implementar líneas de fomento que atiendan la interculturalidad, las mujeres, la intergeneracionalidad, la movilidad humana, los niños.El principal desafío artístico para Guayaquil es mantener y consolidar las propuestas de los diferentes espacios culturales locales, según Marlon Pantaleón, fundador y director ejecutivo del Estudio Paulsen. Esto solo se puede lograr con un trabajo debidamente articulado con la empresa privada y pública. A su criterio, se debe apelar a la sensibilidad del público a través de piezas teatrales coyunturales, con temas que no son abordados y que ocurren en la sociedad, aportando a la educación, entrenamiento y concientización de las nuevas generaciones artísticas. Se debe trabajar en sentar bases y principios fuertes en la ciudad.Guayaquil debe explorar y aprovechar sus ventajas competitivas para atraer visitantes y no esperar políticas de Estado, que no llegan o son muy poco efectivas, indica Pedro Iván Serrano. “Guayaquil es ideal para congresos y convenciones, y esto debe ser un objetivo que deben impulsar todas las entidades vinculadas al turismo. Por suerte, hay buen entendimiento con el Municipio, que atiende e impulsa las iniciativas y necesidades del sector privado”, afirma. El dirigente asevera que, si la ciudad contara con un centro de convenciones de nivel internacional, sería el destino ideal del área norte de Sudamérica, con este segmento que impulsaría la economía regional, como ha pasado en muchos destinos similares. Guayaquil tiene el potencial para este objetivo de ciudad.La educación está interconectada a la salud, la familia, la calidad de vida, la pedagogía, los docentes, la gestión y evaluación permanente. Marcia Gilbert de Babra, presidenta del Consejo de Regentes de la Universidad Casa Grande, considera que uno de los desafíos es universalizar la educación innovando en pedagogías, conexiones y tecnologías; vencer la desnutrición crónica infantil; valorar, capacitar y remunerar mejor a los maestros; detectar abandono escolar; inclusión; articulación del sector público, estatal y municipal, universidades y oenegés; participar en pruebas PISA.“El principal desafío que afronta la educación lo enmarcaría en un término de equidad educativa: generar sistemas educativos más inclusivos, efectivos y mejor preparados para la digitalización; además de fomentar los valores, el compromiso, el ejemplo en nuestros educandos para ser mejores ciudadanos, mejores personas”, dice la docente Johanna Palacios Freire. Para ella, la calidad educativa debe ser reconocida como un eje transformador, donde se eleve el nivel de competitividad en todos los estudiantes.“Guayaquil es una ciudad que ha tratado de atender nuestras necesidades permitiéndonos hacer vida en ella; sin embargo, tiene desafíos para los migrantes”, cree Milvangela Villareal, migrante venezolana. “Hay visas más accesibles en otros países; sus costos son bajos en comparación con las que nos ofrecen aquí. Por otro lado, la exigencia al registrar los documentos, ya que hay otros países que nos aceptan solo los títulos apostillados para poder ejercer nuestra profesión. Se podrían considerar estos modelos. Además, en las entidades públicas se necesita mejorar la atención para la solicitud de cualquier información, e incluso en el momento de un trámite. Y también más comprensión de las autoridades y ciudadanos, que no nos traten como delincuentes, ya que la gran mayoría somos profesionales que venimos a buscar un sustento para nuestra familia y no somos valorados en su país”, explica.Los efectos de la inseguridad que actualmente aqueja al país representan el principal desafío para la ciudad. El tema social debe ser el pilar fundamental en la planificación urbana en los próximos años, explica Félix Chunga, especialista en urbanismo. “Es necesario definir una visión clara de ciudad, que incluya la atención a los sectores más necesitados, que garantice el desarrollo y el cuidado por el medioambiente. Solo con una hoja de ruta clara podremos cumplir el objetivo de mejorar la calidad de vida de todos los guayaquileños”, afirma.Sin una cabeza que tenga la capacidad y la experiencia en temas de planificación urbana, nuevo urbanismo, que sepa sobre silvicultura y arborización, está complicado que las áreas verdes de Guayaquil o de cualquier municipio puedan lograr ser eficientes y que tengan los resultados que una ciudad necesita para adaptarse al cambio climático, indica Andrea Fiallos, de la fundación La Iguana.“Hay que investigar muchísimo para la restauración y recrear espacios naturales en la ciudad y aumentar así la biodiversidad, en cuanto a eficiencia de recursos, manejo de agua, captura de carbono y aumento de hábitat y fuente de alimentos para la vida silvestre. Si no hay todo esto, una persona que conozca cómo se hacen ciudades resilientes-adaptables, seguimos en sembrar unos cuantos arbolitos que pensamos que son nativos, pero no son propios del suelo. Eso es un malgasto de recursos”, afirma.“Necesitamos crear una gran alianza entre sociedad civil, empresas privadas, medios de comunicación, academia, entidades públicas y Municipio para establecer una visión para un Guayaquil bici-amigable y con prioridad peatonal, mediante políticas públicas, incentivos, facilidades y recursos”, manifiesta Alberto Hidalgo, del colectivo Masa Crítica.A su criterio, hay que recuperar el espacio público y evitar que toda la ciudad solo sea de paso y con prioridad vehicular. Una acción para lograrlo es recategorizar muchas calles de la ciudad con finalidad de reducir la velocidad permitida y realizar intervenciones. Además, dice que se debe planificar e implementar una red amplia de ciclovías, y para reducir la tasa de siniestros viales se deben crear cruces peatonales a nivel con semáforos y accesibilidad universal.Guayaquil es una ciudad megadiversa y tiene potencial para ser una de las ciudades emergentes más sostenibles. Pero, según el ambientalista Julián Pérez, hay una gran deuda ambiental: la frontera urbana está al borde de nuestros últimos remanentes de bosques y manglares. “Guayaquil crece constantemente sin un ordenamiento territorial adecuado. Esto ha permitido la expansión horizontal de la ciudad y, si observamos satelitalmente, Guayaquil solo puede crecer hacia el suroeste, hacia los manglares del golfo o hacia los bosques de la cordillera Chongón- Colonche”, dice. Esto se debe analizar de manera urgente. Además, el tráfico de fauna y flora es aún “cultural”, no se lo controla al 100 %.El principal desafío que Guayaquil tiene en la educación es la falta de individualidad y falta de atención a casos especiales para poder ayudar en el aprendizaje, sostiene Maite Pazmiño, joven superdotada de 15 años. “Como fue en mi caso, no recibí una atención individualizada ni enfocada en mí, ni en mi tipo de aprendizaje. Sabemos que hay gente que tiene ventajas y desventajas en el aprendizaje. Siento que el sistema educativo debería enfocarse en estos niños y poder dar atención a sus casos”, afirma.Sostiene que chicos que tienen cualidades especiales muchas veces necesitan un apoyo diferente, pues pueden llegar a aburrirse o pueden llegar a generar problemas de conducta. Este es un gran desafío que tiene Guayaquil en la educación.La transportación urbana tradicional, según Christian Sarmiento, pasa por su peor momento, pese a que la flota moviliza a más del 72 % de la población guayaquileña. “Tenemos las intenciones de hacer de nuestro servicio de transporte urbano el mejor. De nuestras 2.600 unidades, 1.200 datan de los años 2017, 2018 y 2019. Solo la pandemia nos imposibilita seguir modernizándonos para bien de nuestros usuarios”, afirma el dirigente.Pretenden seguir mejorando, pero dice que tienen represada la tarifa en $ 0,30 desde el 2016. Sostiene que por derecho corresponde una tarifa que posibilite una movilidad segura, digna, a la que se le coloquen paraderos y vías más expeditas para transitar con mayor seguridad y en el menor tiempo.El desafío que enfrenta Guayaquil es la ausencia de verdaderos dirigentes deportivos, cree Ruth Torelló. “Muchas disciplinas han desaparecido en las que hubo grandes glorias. Y es más, ahora, de los pocos dirigentes que existen, muchos se inclinan al machismo, desalojándonos así a nosotras las mujeres, que sí tenemos garra de campeonas, como las últimas preseas de oro logradas para el Ecuador”, indica. Para mejorarlo, cree, hay que preparar excelentes dirigentes en todas las disciplinas deportivas, para que Guayaquil vuelva a ser lo que fue: una ciudad de campeones. (I)

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