Alguna vez entre sus paredes retumbó el discurso elocuente de los profesores que impartían sus cátedras con esmero ante un estudiantado ávido de adquirir conocimientos. Sus aulas acogieron plenarias en las que se hablaba de ciencia y de temas coyunturales, y de esa manera la academia porteña contribuía con el país desde su trinchera: la antigua Casona Universitaria Pedro Carbo.