Un veterano dueño de una tienda de mascotas en Nueva York está en el ojo del huracán luego de que se le acusó de secuestrar palomas en parques públicos y venderlas ilegalmente a cazadores para que las usen como objetivo de tiro al blanco. No obstante, su hermano lo defiende y asegura que los activistas señalan al hombre equivocado.
De acuerdo al New York Post, se trata de Michael Scott, copropietario de la tienda de mascotas Broadway Pigeon & Supplies en Bushwick, quien ha sido acusado de robar palomas desde hace décadas, según la denuncia de la activista por los derechos de los animales Tina Piña, quien asegura que su propia bandada de palomas en Brooklyn fue saqueada por el dueño de la tienda en abril de 2025.
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La mujer explicó que, de acuerdo a un testigo, entre 15 y 20 de las palomas que estaban a su cuidado desde hace 10 años, fueron capturadas en el parque durante la madrugada del 1ero de abril, algo que no se detuvo por los días que siguieron.
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Capturar palomas en la propiedad pública es una acción ilegal y considerada como maltrato animal, de acuerdo al portal 311 de la ciudad de Nueva York, es por ello que la Oficina de Bienestar Animal de la Alcaldía se puso en contacto con la Brigada de Investigación de Crueldad Animal del Departamento de Policía de esa ciudad para que investigue la situación.
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¿Cuáles comentarios han hecho los acusados?
Dicho medio pidió a Scott, de 56 años, que emitiera comentarios al respecto y aunque este no respondió, su hermano Joey, quien es su socio de la tienda, aseguró que no han capturado palomas, sino que venden palomas no deseadas de su gallinero heredado en la azotea, pero no dio más explicaciones.
“No pregunto qué hacen con ellas, pero las matan y entrenan perros con ellas… Si tengo mis propias palomas, que son mías y de nadie más, y las crío. Puedo hacer lo que quiera con ellas”, aseguró.
Las acusaciones no son nuevas
The Wing explica que los hermanos Scott fueron objeto de críticas en julio de 2008, luego de que un abogado admitió que en su tienda se vendían palomas a un corredor de palomas que se encargaba de un torneo de tiro al pichón que se desarrollaría en Pensilvania, donde este tipo de actividades son legales.
(I)