El seguro social en Estados Unidos despierta muchas opiniones y necesidades, en especial en la comunidad latina.

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Por norma general, se requieren al menos 40 créditos de trabajo, lo que se traduce en alrededor de 10 años de contribuciones constantes al sistema.

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Sin embargo,la realidad es que no todos pueden cumplir con este requisito. Muchas personas que han pasado por trabajos intermitentes, en el sector informal o que se encuentran sin un estatus legal se quedan fuera del sistema de la Administración del Seguro Social (SSA). Esto puede ser bastante desalentador, ya que sin esos beneficios, se ven sin acceso a pensiones, ayudas por discapacidad o pagos a dependientes, explica RPP.

Muchas personas quedan fuera del sistema de la Administración del Seguro Social. Foto: Istock

Alternativas al Seguro Social en Estados Unidos

Aunque estar fuera del sistema del Seguro Social puede parecer un callejón sin salida, hay varias alternativas que se pueden considerar para asegurar el futuro financiero y protegerse ante emergencias de salud o económicas, detalla el portal antes citado.

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1. Seguro médico privado

Una de las opciones más importantes es optar por un seguro médico privado. Tener un seguro de salud es clave para cubrir gastos médicos inesperados. Vivir en Estados Unidos sin este respaldo puede llevar a deudas considerables en caso de una emergencia médica.

2. Planes de ahorro

Otra estrategia que se presenta como un buen plan B son los planes de ahorro para la jubilación. Existen opciones como las cuentas IRA o los 401(k) que algunos empleadores ofrecen.

Estos planes son una gran manera de ahorrar poco a poco para el futuro, y lo mejor de todo es que pueden beneficiarse de ventajas fiscales mientras lo hacen. Invertir en la jubilación a través de estos mecanismos es una manera proactiva de prepararse, aunque no estén dentro del sistema del Seguro Social.

Un buen plan B son los planes de ahorro para la jubilación. Foto: Pexels

3. Planes gubernamentales

Vale la pena investigar otros programas gubernamentales que podrían estar disponibles para personas de bajos ingresos.

Programas como Medicaid, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) o subsidios para vivienda pueden ser una salvación para aquellos que se encuentran en situaciones difíciles.

Aunque no sean beneficios del Seguro Social en sí, ayudan a cubrir necesidades básicas y alivian parte de la carga económica.

(I)

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