Es arquitecto, pintor y escritor. Su mayor deleite está en el género de la ciencia ficción, pero su primera novela no siguió los parámetros de sus dos libros de cuentos anteriores: Fernando Naranjo se volcó a la literatura policiaca.
Guasmo sur es el libro que presentó recientemente y que en el 2009 obtuvo el segundo premio del XII Concurso Nacional de Literatura, género Novela, organizado por la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas (CCG). La trama gira en torno a tres sujetos acusados de cometer dos crímenes. La policía tiene solo pocos días para investigar sobre estos acontecimientos.
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Naranjo ha publicado cuentos de ciencia ficción, en los libros La era del asombro (1994) y Cuídate de las coriolis de agosto (2005). Sus trabajos aparecen en antologías y publicaciones nacionales e internacionales.
En esta novela, refiere su autor, las personas conviven en una ciudad en la que se engañan, se explotan o se eliminan mutuamente con expresiones de violencia, sexo o supersticiones. Es un texto con un lenguaje crudo y sencillo.
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Este escritor guayaquileño cuenta que la historia surgió de un hecho real que vivió hace unos diez años. Él tenía un taller de carpintería y, en una ocasión, uno de sus colaboradores faltó al trabajo porque había ido preso. Lo que le resultó sorprendente es que la razón por la que cayó tras las rejas fue por “la culpa de un chip (de celular)”. Agrega, con humor, que todo había sido una confusión por el mal uso de la tecnología, tema sobre el que dice reflexionar en su novela. El joven, por hacer un favor, había intercambiado el chip con el sobrino de la dueña del celular. Ella lo denunció ante la policía.
Naranjo dejó de lado el género de la ciencia ficción, algo que siempre le ha apasionado, para adentrarse en un universo más realista y situado en un lugar verdadero. Cuenta que esto se debe a una cuestión personal y “operativa”. “Tenía hasta cierto punto temor de experimentar, por estas novelas que me habían costado mucho trabajo, entonces surge Guasmo sur, que nada tiene que ver con la ciencia ficción”, dice el autor, quien tiene dos novelas del género fantástico sin terminar.
La ciencia ficción se caracteriza por la invención de universos alternativos y futuristas. Naranjo destaca la literatura de autores como Isaac Asimov y Frank Herbet, y es justamente allí donde reside la diferencia con su nueva obra, la cual se apega a la realidad.
“Cuando escribes una novela de esta índole, probablemente tengas que imaginar menos, es decir ahí está la gente viviendo, tiene un ingreso per cápita que hasta lo podrías homologar, hasta su canasta básica la podrías deducir. El asunto es cómo sobreviven en ese mundo, cuáles son sus sueños, sus ambiciones”, explica este escritor que se basó en personajes reales.
El lenguaje sencillo y directo en los diálogos reflejan los autores que inspiraron a Naranjo, principalmente el poeta Fernando Artieda. “En el caso del Ronco (Artieda), él tenía un poema que siempre recuerdo. Le decía a la mujer: ‘Cocíname sin calzón’. Me parece formidable, una lujuria tan elemental, con el hecho de sobrevivir y con el deseo”, expresa.
Así, la obra no escatima en el uso del argot popular. El inicio de la novela se sitúa en un partido de fútbol en la calle y a partir de allí, la voz de Héctor Alcívar, protagonista de la historia, va describiendo la cotidianidad del barrio, desde cervezas, hasta apuestas.
Naranjo aclara que con este trabajo no busca hacer ningún tipo de estudio sociológico, ni tratado urbanístico, sino contar un caso del barrio que le da el nombre a su obra literaria.
“Percibo que la narración que hago es hasta un poco edulcorada, que lo que sucede en estos barrios es mucho más terrible de lo que se puede llegar a pensar con la novela”, puntualiza el escritor, quien también ilustró la portada del libro. La CCG es la encargada de su distribución, luego de que lo publicaran con motivo del premio.
Publicación
La periodista Lola Márquez y la escritora María Fernanda Pasaguay presentaron el libro de Fernando Naranjo.
La novela obtuvo el segundo premio del Concurso Nacional de Literatura de la CCG, en el 2009, que consistió en la publicación del libro y $ 2.000.
En aquella ocasión, el jurado fue conformado por Miguel Donoso Pareja, Raúl Pérez Torres y Jorge Dávila.