Se trata de un deporte que selecciona lo mejor de todas las artes marciales. El sambo nació en Rusia en 1917, antes de su revolución, tras la idea de Lenin–su político comunista y revolucionario– de enseñar al ejército rojo a combatir sin armas. “Es la disciplina que reúne todas las luchas, buscando lo mejor de cada una”, explica Juan Cepa, quien desde hace un año enseña este fuerte estilo con Meguro Team, en Alborada quinta etapa, primer piso del Top Gym.

Juan se interesa en este combate tras ver la técnica del ruso Oleg Grivanov, quien daba clases en la Federación de Lucha del Guayas a inicios del 2000. Entre las disciplinas que fusiona el sambo constan el judo, jiu-jitsu, karate, kung fu y otras técnicas de luchas como grecorromana, boxeo y muay thai.

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Actualmente existen tres tipos de sambo: sport, que es similar a lucha libre o al judo; combat, que es similar al jiu-jitsu y está basado en la defensa contraataque, permitiendo golpes de puños o patadas de rodillas; y militar, utilizado por ejércitos e incluye la práctica con armas y técnicas de desarme.

En cuanto a los grados se reconocen nueve niveles, el principiante se representa con el color negro y el más avanzado con el blanco. Además utilizan una chaqueta llamada kurtka, de tono azul o rojo, pantalones cortos y los sambovki (zapatos de sambo).

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“Trabajamos bastantes ejercicios acrobáticos, ya que es un deporte con mucha exigencia”, explica Juan Cepa, quien entrena junto a su equipo con proyecciones, caídas y golpes. Jorge Luis Molina, de 16 años, pertenece al grupo y piensa continuar esta práctica. “Tiene de todo, llaves, patadas; me enteré por un amigo que también entrenaba aquí”, dice. Jorge Luis vive en Alborada, entrena desde hace dos meses y está por conseguir su primer grado, cinturón negro.

“Soy el primer ecuatoriano en practicar este estilo acá”, dice Juan, quien comenta que además de su Meguro team, también crece Sambo Guayas, en el Polideportivo; Factory, en Urdenor, y otras academias en Quito. Todos pueden practicarlo; los niños pueden iniciarse desde los 6 años.

“Es muy fuerte e interesante, tiene mucha técnica, muy fluido y da bastante resistencia”.
Juan Carlos Toral
30 años, practicante de sambo.