“Yo quiero sacar mi casa en Mucho Lote 2, dicen que es barato, y espero que me la den con el crédito del IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social)”, comentaba Mayra Rodríguez mientras observaba las maquetas de unas inmobiliarias, que construirán las casas del nuevo proyecto municipal en la autopista Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, también conocida como Terminal Terrestre-Pascuales.

Piedad Miño, otra interesada, quería saber si su hijo le podía comprar su casa propia, pues ella no trabaja formalmente, solo se dedica a las tareas domésticas en su hogar.

Estas inquietudes, además de los costos, los requisitos que deben cumplir, las formas de financiamiento y de pago de las viviendas son frecuentes en quienes desean aplicar al programa municipal, que empezó oficialmente el pasado 29 de octubre cuando se presentaron a las cinco empresas adjudicadas y se entregaron algunas solicitudes para el público.

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Pero antes de aplicar, los interesados deberán cumplir una serie de requisitos y obtener los documentos que certifiquen su veracidad para llevarlos a la constructora que eligieron, la cual calificará a los idóneos.

Entre los requisitos básicos que se exigen están: la acreditación de no poseer casa, terreno o departamento en el cantón Guayaquil; documentos que comprueben sus ingresos económicos mensuales y las copias de cédula de identidad y certificados de votación.

Quien certifica que el interesado no tiene casa o terreno en Guayaquil es el Registro de la Propiedad, entidad que habilitó desde hace quince días tres ventanillas más para atender a la demanda de usuarios que quieren el documento para aplicar al proyecto Mucho Lote. También se extendió el horario de atención. Ahora abren sus puertas de 08:00 a 17:30, mientras que antes era de 09:00 a 17:00, aseguró Efrén Roca, encargado de este organismo.

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En el Registro se emiten entre 350 y 400 certificados diarios de no posesión de viviendas o terreno en Guayaquil. El documento cuesta $ 10. Ahí, Margarita Aldaz, de 48 años, esperó por más de dos horas a que su hija, Jennifer Serpa, de 23, obtenga su documento para continuar con el trámite.

“Llegamos a las 09:00 y como hay bastante gente nos tocó hacer fila afuera. Mi hija se va a casar; y ella y su esposo quieren tener ya su casa propia”, contó emocionada Aldaz, quien empezó a desilusionarse cuando escuchó que hay que pagar el 30% del total de la entrada de la vivienda entre un año y dos de plazo, de acuerdo con lo que establezcan las constructoras.

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Según el Municipio, si alguien no puede pagar la casa, un familiar podrá hacerlo, siempre que este último cumpla con los parámetros económicos establecidos, como ganar menos de $ 1.000 mensuales.

En las constructoras Urbanis (asociada con Conbaquerizo) y John Martínez, sus asesores aseguraron que los préstamos en el IESS no son viables hasta que estén construidas las casas, por eso piden siempre entre el 20% y el 30% de la vivienda para levantarla físicamente.

Una vez lista, el usuario podrá calificar al préstamo. Situación similar ocurre con los bonos de $ 5.000 del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.