Asombrada aún por el cambio que ha tenido su sector tras el incendio que consumió su casa de caña y otras 106 en noviembre pasado, Betty Castro, de 32 años, salió ayer de su vivienda, ya de cemento, a observar la entrega oficial del parque lineal que está en las riberas del estero Salado, en la coop. Esmeraldas Chiquita, en el sur de la urbe.