La sobrepoblación de aves, en particular las especies de pato silbador ventinegro (dendrocygna autumnalis) y el pato silbador canelo o maría (dendrocygna bicolor), que se concentran en el islote El Palmar, en la desembocadura del río Daule, donde se une con el Babahoyo y forma el Guayas, genera inconvenientes en el aterrizaje de los aviones al llegar al aeropuerto José Joaquín de Olmedo.
Los problemas, según el gerente de la Corporación Aeroportuaria de Guayaquil, Nicolás Romero, se han acentuado en estos dos últimos años.
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La ornitóloga ecóloga (especialista en aves) y directora de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UEES, Nancy Hilgert, explicó que al contener este islote 6 especies de gramíneas (hay otras 15) y zonas de arena con invertebrados es atractivo para estas especies que la consideran ideal para su reproducción, descanso y alimentación.
Hilgert, quien ha observado a estas aves desde 1994, indicó que siempre ha habido este flujo de aves desde la isla Santay hacia Guayaquil, desde Durán a Guayaquil y desde los arrozales de Samborondón donde vuelan en busca de alimento.
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Pero actualmente existe una mayor cantidad de estas especies, las que realizan pequeñas migraciones diarias en busca de alimento o tranquilidad para evitar que las cacen o la subida de la marea. “Ahí es cuando estas aves salen volando hacia el norte y atraviesan la línea de aproximación de los aviones en el aeropuerto”, dice Hilgert, mientras añade que no son las únicas especies que hay en este islote de 60 hectáreas, donde la parte con mayor sedimento posee unas 15 hectáreas.
Hilgert señala, que las fumigaciones con vinagre que empezó el pasado 6 de julio el Ministerio de Ambiente, no son lo más acertado para solucionar el exceso de aves en esta área.
“Si hubiera sido un sitio concentrado y reducido de pronto lo hubieran logrado, pero es tan abierto y con tal cantidad de animales, que este no era el manejo adecuado”, expresa ella.
Según Hilgert, la población de estas aves asciende a más de 100.000 aunque en un principio había considerado que eran 20.000, pero cree que el número puede ser aún mayor, aunque advierte que este es un cálculo preliminar que necesita verificación, pues aún no se han terminado los estudios.
Dos de las soluciones, que plantea la ornitóloga, es la colocación de grandes redes en el centro del islote y la otra que considera la más conveniente: sacar la arena que está entre La Puntilla y el islote, rellenar el islote con ese material, sembrar otras plantas que no atraigan a los patos y si atrae a un tipo de aves que no formen bandadas tan grandes que puedan afectar la aeronavegación.
Con esta última, sostiene la especialista, se acabaría con el rico ecosistema que tiene el islote y se reducirían las aves.
En ambos casos, aclara Hilgert, aún es necesario considerar cuáles serían los posibles efectos, por ejemplo, si ya no estarían allí donde irían a vivir estas especies o si el nuevo sitio que escogerían causaría o no estragos a la ruta aérea.
Mientras se realiza este estudio las autoridades aún no se ponen de acuerdo sobre quién es responsable del problema.
Fernando Guerrero, director general de Aviación Civil, afirmó que a pesar de que se han enviado comunicaciones al operador aeronáutico Tagsa, “no se ha presentado ningún plan de acción respecto al control aviario dentro del área aeroportuaria y en la fase final de aterrizaje”. Agregó que si no se toman acciones no se certificará a la terminal aérea.
La fumigación con vinagre es una de las medidas de precaución que aplica el gobierno para solucionar la presencia de aves que circundan por el aeropuerto José Joaquín de Olmedo.
“La presencia de fauna silvestre en torno a las instalaciones aeroportuarias ocasionan un riesgo moderado a las aeronaves que cubren las rutas desde y hacia la terminal aérea. Existiendo la posibilidad de impacto de los pájaros contra los aviones y también la posible ingestión en las turbinas de los mismos. Situaciones que pueden ser de alto riesgo”, dijo la Dirección de Aviación Civil (DAC).
Romero indicó, en cambio, que sí se han reunido con ellos en varias ocasiones para exponerles el problema y que este es competencia de la DAC.
Plazos
La experta en aves, Nancy Hilgert, sugiere que lo ideal es estudiar al menos dos años el proceso ecológico de estas aves antes de elegir una solución. Deben reunirse académicos, autoridades municipales y de Gobierno para resolver el problema.
Sobrepoblación
Los patillos y las marías pueden poner de 20 a 25 huevos dependiendo de la cantidad de alimento, si es mucha pueden anidar hasta dos veces al año.