De ocho de la mañana a ocho de la noche, Farid Yapur atendió por más de cincuenta años en su consultorio de Lorenzo de Garaicoa y Cañar. Incluso los sábados, de nueve a seis, recibía a sus pacientes. Su vocación por la medicina y su amor hacia los pobres lo llevaron a trabajar sin cobrar sueldo durante 25 años en el hospital Luis Vernaza de la Junta de Beneficencia.
“Él era un ejemplo de trabajo”, dice Miguel Yapur para referirse a su padre, quien el lunes pasado cumplió un mes de su fallecimiento, a los 83 años.
Publicidad
Miguel ojea una y otra vez fotografías del pasado de su padre. Hace esto mientras trata de explicar en una sola palabra lo que él fue para quienes lo conocieron. “Fue un hombre solidario, poseedor de una gran mente, jamás le cobró a alguien sino tenía dinero”, resalta.
Después de graduarse del colegio Cristóbal Colón, donde fue el mejor bachiller de su promoción, Farid Yapur estudió medicina en la Universidad de Guayaquil, de la que egresó con honores en noviembre de 1954. Un año antes contrajo matrimonio con Olga Auad, con quien tuvo a Farid y Miguel.
Publicidad
Recién graduado, abrió su consultorio en las calles Lorenzo de Garaicoa y Cañar, mientras su esposa instaló la farmacia La Esperanza, en la misma calle. Farid no era el único que atendía gratis, su esposa tampoco cobraba las medicinas si el enfermo no tenía dinero.
Martha Maridueña, una de las pacientes, y los familiares se reunieron el domingo pasado en la capilla del colegio María Mazzarello para recordarlo.
“Él fue un médico inmejorable y aunque me vio cuando era muy pequeña, tras pasar 30 años todavía me recordaba”, expresó Maridueña.
Mirella Estrella, de 50 años, una de las cuatro generaciones de esa familia a la que atendió Farid Yapur, también siente la pérdida: “Él me salvó de hepatitis cuando tenía 8 años”.
Por su trayectoria, en noviembre del 2004 recibió un reconocimiento presidencial “por sus 50 años de servicio y por el inagotable empeño en ayudar a los más necesitados”, señala el escrito. Cinco años atrás, el 14 de agosto de 1999, ya lo había condecorado el Congreso Nacional.