Falta de patente municipal, de tasa de habilitación y de permiso de vía pública fueron los tres puntos resaltados en algunos de los carteles de clausura, colocados por la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio en más de 200 locales a lo largo de las calles Pedro Moncayo y Pío Montúfar, desde Ayacucho hasta la calle 10 de Agosto.
En otros, en cambio, los sellos puestos la noche del lunes no indicaban cuál era la contravención. Ese fue el caso de Lorenzo Bagua, dueño de una ferretería ubicada en las calles Pedro Moncayo y Alcedo, quien a las 07:00 de ayer descubrió su negocio clausurado.
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“Yo tengo deudas y clientes, ¿qué hago con un día perdido?”, decía preocupado mientras esperaba que un delegado municipal le permitiera abrir el local para sacar sus papeles y acercarse a una de las comisarías municipales, donde su esposa ya estaba haciendo fila.
“No estamos en contra de los operativos, pero cerrar así sin notificación no está bien”, reclamaba Ketty Flores, quien desde hace tres meses abrió un local de venta de ropa en Pedro Moncayo y Sucre .
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Ella explicaba que el lunes pasado terminó de sacar todos los permisos e incluso los pegó fuera de su local para evitar mal entendidos. Además señaló que la semana pasada un inspector municipal realizó un recorrido en el que le informó que tenía plazo hasta el 3 de septiembre para reunir los papeles.
Otro grupo que reaccionó ante el cierre de los locales fue el de los comerciantes informales que trabajan en las aceras a lo largo de estas calles.
Segundo Mafla, representante de la Fundación Bienestar y Desarrollo que los agrupa, calificó la disposición como una obstrucción a su trabajo, que considera injusta, pues dice que ha enviado dos cartas de solicitud para pedir la reubicación de él y sus compañeros al Municipio de Guayaquil.
En la mañana varios comerciantes quisieron instalarse en las veredas, pero fueron detenidos por los metropolitanos que resguardaban el área. En uno de esos intentos Juan Mora, vendedor de calzado, fue aprehendido por agredir verbalmente a uno de los agentes.
Otros vendedores, en cambio, solo se retiraron de la zona. Rosa Carmen Vargas, que ofrecía productos naturales con su esposo, se fue desanimada al ver la imposibilidad de instalarse en el sector por el resguardo de los metropolitanos.
Mientras, algunos dueños de los locales e informales manifestaban su enojo ante los delegados municipales en el sector clausurado, otros se movilizaron rápidamente hacia las comisarías municipales para enseñar sus documentos.
María Muñoz, representante del restaurante Comidas de Verónica, acudió a la 07:00 a la Comisaría Tercera, luego de encontrar el sello de clausura.
A las 11:00 hacía fila con otras cien personas más, pero no los recibían. José Luis Suárez, comisario cuarto municipal, indicó que no podían atenderlos, pues el director de Justicia y Vigilancia, Xavier Narváez, no les había dado ninguna disposición sobre la situación de esos establecimientos.
Textuales: Reclamo
Rodrigo Chico
Comprador
“Yo compro acá porque es barato, ahora cómo le digo a mis clientes que no puedo terminar sus trabajos. No tengo material”.
Antonio Castro
Propietario de local
“Estamos de acuerdo con los operativos, pero no con que se hagan sin tomar en cuenta la documentación de cada local”.