La crisis de los diarios estadounidense es comparable con la de la industria automotriz con la importante diferencia que ningún periodista o director de medio digno podría aceptar una fianza (bail out)  por parte del gobierno... y que nadie se ofrece para proporcionar el dinero. Como siempre, sin embargo, las amenazas no impiden la presencia de oportunidades para quienes están dispuestos a considerarlas como retos: el abandono del papel, por ejemplo, o la publicación para teléfonos celulares.

La seriedad de la crisis es flagrante. En los primeros días de diciembre el  New York Times decidió vender una parte de su suntuosa sede, el grupo McClatchy contempló poner a la venta el  Miami Herald, Newsweek,  el semanario propiedad del Washington Post, anunció despidos. Son apenas unos ejemplos. Indicador: de las 100.000 personas empleadas en periódicos de EE.UU., unas 15.000 ya han sido despedidas, y la lista se alarga cada día.

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Lo más grave es la declaración oficial de bancarrota hecha por Tribune Co., la empresa dueña del Chicago Tribune y de  Los Angeles Times, entre otros. Es “el equivalente al apocalipsis para los diarios”, escribe Mike Littwin, del  Rocky Mountain News, una publicación de Denver, Colorado, que podría desaparecer en semanas si nadie la compra... y nadie se presenta.

La baja en la circulación total se ha acelerado este año (cerca del 10%, según el bloguero y columnista Andrew Sullivan), a pesar de los juegos olímpicos y la excepcional campaña presidencial. La publicidad, por su parte, ha tenido una caída récord del 18% en el último trimestre, según información de la agencia Associated Press.

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Fitch Rating, una empresa de calificación crediticia citada por Editors & Publishers, estima que “varias ciudades podrían encontrarse sin un diario impreso en el 2010”. Un informe de Deloitte citado por el  Financial Times  habla de “aniquilación” y vaticina que una de cada diez publicaciones impresas podrían desaparecer en el 2009.

En este marco, la decisión tomada por varias publicaciones de alejarse del papel parece un clavo más en el féretro de los diarios.

El  Christian Science Monitor anunció en octubre que, a partir de abril, transferirá su contenido online limitándose a publicar sobre papel una vez por semana. Rumores no confirmados indican que el  Tampa Tribune   podría seguir el mismo camino.

El 19 de noviembre, PC Magazine  hizo pública su decisión de poner fin a su edición sobre papel para dedicarse enteramente a sus diferentes operaciones online (incluyendo PCMag.com), de las cuales ya saca las tres cuartas partes de sus ingresos (en diferentes operaciones).

El  Seattle Times interrumpe el número de cuadernos ciertos días de la semana y transfiere una parte de este contenido al sitio web. Newsweek,  además de despedir gente, anunció, según el Wall Street Journal, una nueva estrategia que incluye un sitio web actualizado y capaz de aguantar un movimiento más amplio hacia una publicación menos enfocada en el papel impreso.

Nostalgia aparte (y no es poca) no podemos olvidar que cuando se incluyen quienes los leen online, el lectorado de los diarios tiende a subir. El insoslayable problema de las empresas es que la rentabilidad de sus sitios es entre seis y diez veces menor que la de sus publicaciones impresas.

¿Será siempre así? Obviamente, no. Y la razón es sencilla: “La publicidad  online está todavía en Neanderthal”, explica Dave LaFontaine, consultor de Artesian Media, especializado en la transformación de los diarios. Recuerda que el modelo tradicional de publicidad es profundamente ineficiente, porque se dirige a todo el mundo por parejo.

Online puede ser enfocada con mayor precisión. No ha sido así todavía por una serie de factores que van desde el odio de los usuarios para las pop-ups hasta el hecho de que los vendedores se esfuerzan más con la publicidad sobre papel porque ganan más con ella.

Pero, advierte LaFontaine, “la capacidad de dar en el blanco aumenta a medida que pasamos a la publicación móvil”. Se acerca el momento en el cual se podrá darle al usuario una publicidad definida a la vez por el tiempo y el lugar (el café más cercano en la mañana, quienes se acercan a un estadio justo antes de que comience un partido), en función de lo que algunos analistas empiezan a definir como su situación.

Lo importante, entonces, es que “las empresas de medios asignen parte de su personal a aprender cómo vender anuncios para la web y los teléfonos sobrevivirán el paso del papel a lo digital”. Estas podrán triunfar.

La ironía es que mientras estamos lamentando el paso del papel tradicional a la pantalla de la computadora, la salvación económica podría estar en algo todavía más chocante para los tradicionalistas, la adopción de microformatos que permitan leer las noticias en una pantalla de teléfono.

LINKS
Mike Littwin
http://www.rockymountainnews.com/

Artículo de Andrew Sullivan 
http://www.timesonline.co.uk/

Seattle Times
http://seattletimes.nwsource.com/

Artículo del Financial Times
http://www.ft.com/

Artículo del Wall Street Journal
http://online.wsj.com/