Los ciudadanos podrán visitarlo todos los días  desde las 09:00 hasta las 17:00.

Los monjes corren de un lado para otro  alistando los detalles de la inauguración del primer templo budista más grande de Sudamérica, ubicado en la sexta etapa de la ciudadela La Garzota de Guayaquil.

Finalmente, después de seis años de empezar la construcción, hoy a partir de las 10:00, el que está considerado como “uno de los pocos lugares de desarrollo de la cultura budista oriental en el mundo occidental”, abre sus  grandes y majestuosas puertas al público guayaquileño.

La maestra de mandarín (idioma que se enseña en el templo) Teresa Huang explica que este día el público podrá recorrer, de los cinco pisos del edificio principal (son tres), únicamente la planta baja y el  tercero.

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En ambos  están ubicadas lo que ellos consideran lo más importante de toda la construcción: las capillas. El resto son habitaciones, aulas de clases, comedores y otros... lo importante es donde está el Buda, refiere el monje Yi Din, en idioma taiwanés, cuya traducción la realiza la maestra Huang.

Historia
En 1995 gracias al esfuerzo económico de taiwaneses radicados en Ecuador y dineros que vinieron desde el propio Taiwán, el maestro monje Pu Miau compró un terreno de 3.680 m² en el sector norte de Guayaquil. El templo, llamado Yuan-Heng,  empezó a edificarse en el  2002 y culminó  en el 2007. ¿El costo? Ante la interrogante, Huang y Din se miran y atinan a responder en español y taiwanés que aquello “no poder decir”.

Para ingresar a la capilla el visitante primero tiene que quitarse los zapatos, pues se trata de un lugar sagrado. Afuera de la capilla principal, un gran incensario (ver infografía) llama la atención; este  se utiliza para las ceremonias especiales.

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En el salón principal se encuentra un enorme buda dorado y los tres budas de Hoyas, Scamoni Fo (el Buda), Xiao Zai Yan Shou shi Fo (el Buda que aparta la infelicidad y prolonga la vida) y W Liang Shou A Mi Tuo Fo (el Buda de la infinita vida). Todos ellos se veneran en el templo.

Según Yi Din, la figura del Buda representa el conocimiento y abre toda su sabiduría para toda la humanidad, incluso para los animales.

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Demostración
En la ceremonia  de apertura de hoy, los monjes que viven en el sitio efectuarán una demostración de cómo realizan sus rezos y meditaciones.

La reverencia hacia el Buda y la simbología que utilizan para elevar sus plegarias llamarán la atención a más de un visitante. Din se retira por un momento de la conversación. Es hora del almuerzo, vegetariano por supuesto,  a las 11:30.

Después de esa hora vendrán más rezos y meditaciones que serán acompañados con el ritmo de una campana y un tambor. “Lo hacemos para organizar el tiempo de plegarias”, refiere un ayudante taiwanés, que prefiere no identificarse y ayudar con el diálogo.

Manifiesta  que aquellos instrumentos, que también se encuentran  en la capilla central, son muy comunes en los templos de China,  “allá, donde hay muchas montañas donde se internan para meditar algunos monjes, que no viven en el templo. Esos sonidos los llaman para orar y ellos acuden de inmediato”.

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Pasadas las 11:00, hoy se colocarán flores al Buda y habrá un discurso especial para los huéspedes distinguidos. También se tiene previsto que la Alcaldía declare al templo budista como una construcción de ornato de Guayaquil y un sitio de interés turístico.