Mañana se recordará el bicentenario del natalicio de Baltazara Calderón Garaycoa de Rocafuerte, quien destaca en las páginas de la memoria patria por ser la protagonista de incontables jornadas cívicas, benéficas y de servicio comunitario.
Baltazara Calderón Garaycoa se casó con el patricio Vicente Rocafuerte en 1842, cuando este personaje desempeñaba la gobernación de Guayaquil y había ejercido ya la presidencia de la República; bendijo la boda el obispo Francisco Xavier Garaycoa, su tío.Convertida en la compañera inseparable del estadista, le prestó todo su apoyo y estuvo junto a él en los momentos de triunfos y reveses políticos, en el impulso de obras públicas y la lucha sin tregua, cuando la epidemia de la fiebre amarilla azotó a Guayaquil y dejó una estela de dolor.Luego de la muerte de su esposo, en Lima (mayo de 1847), asumió no solo el control de los bienes de Guayaquil y Lima sino la defensa de la memoria del magistrado. Entregó la biblioteca de su esposo al colegio San Vicente del Guayas y salvó para la posteridad los escritos y documentos del ilustre tribuno.Radicada nuevamente en Guayaquil continuó con su acostumbrada filantropía, pues apoyó obras sociales y educativas de bien público; aportó al adelanto del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad, entregó donaciones para caminos en Azuay e Imbabura.Hizo otras contribuciones para que la Sociedad Filantrópica del Guayas y la Sociedad de Beneficencia de Señoras sigan su labor humanitaria. Falleció el 7 de junio de 1890 y fue sepultada con el reconocimiento de la comunidad que siempre aplaudió su ejemplar filantropía.","isAccessibleForFree":true}
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Mañana se recordará el bicentenario del natalicio de Baltazara Calderón Garaycoa de Rocafuerte, quien destaca en las páginas de la memoria patria por ser la protagonista de incontables jornadas cívicas, benéficas y de servicio comunitario.
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