“Las campanas de las 12 están sonando / anunciando que el año viejo se va / la alegría del año nuevo viene ya / los abrazos se confunden sin cesar...”.

Mientras miles de personas entonan en coro esta parte de la canción Faltan cinco para las doce, cientos inician la queman del viejo o cualquier muñeco engordado con petardos; otros hacen explotar cohetes y camaretas. Viene entonces el conteo regresivo: cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero. ¡Viva el año nuevo! Hay abrazos, besos y siguen las explosiones.

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Este episodio se repite hoy. Es una costumbre que no desaparece. No obstante puede degenerar en desgracias si cada familia no controla y evita el uso de potentes camaretas.

“Creo que nunca desaparecerá el uso de cohetes, luces y camaretas. Es una forma de solemnizar las fiestas, una cultura que provino de China y se extendió a nivel occidental”, afirma el folclorista guayaquileño Guido Garay.

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Lo lamentable -destaca- es que la creatividad de quienes festejan y quienes elaboran los petardos, rebasa los límites y se transforma en exageración, como el uso de potentes petardos como los tumbacasas, tumbaedificios y tumbabarrios, que se expenden clandestinamente en esta ciudad.

“Sabemos cómo los tacos de dinamita provocan daños mortales. Su uso es una locura y mucha gente se vuela las manos”, refiere Garay, al comentar sobre los tumbabarrios, camaretas con una carga de 80 a 100 gramos de pólvora (equivale a 80 o 100 camaretas comunes), que el Cuerpo de Bomberos halló este año.

“Preocupa, porque en estas fiestas es difícil controlar. Cuando una persona está con tragos (embriagada), su accionar se torna peligroso y usa estos petardos fuertes”, agrega.

En el siglo pasado
Garay relata que en el siglo pasado, hasta 1980 aproximadamente, en las fiestas de fin de año se utilizaban los torpedos, cohetes chinos y camaretas comunes. Los años viejos eran de aserrín y paja y para que revienten se colocaba cohetes chinos o sal en grano.

Los torpedos eran los más comunes, los usaban niños y adultos. Eran una bolitas de pólvora mezclada con otros ingredientes, envueltas con trapos y piolas. Explotaban al lanzarlos contra el piso o cualquier superficie dura.

A mediados del siglo pasado aparecieron los fósforos de bengala. “En esa época claro que existían riesgos. Por el uso de torpedos y sobre todo de fósforos, se producían incendios. El fin de año era peligroso”, reseña Guido Garay.

Afirma que una navidad y un fin de año sin juegos pirotécnicos y una que otra camareta, no tendrían sentido. Pero dice que no se debe exagerar.

Igual piensa César (quien no identificó su apellido), del barrio Garay. “Sin camaretas ni cohetes, no hay fiesta de fin de año. Estos reemplazan a la sal en grano, que se usaba hasta hace unos 15 años y causaba el mismo sonido de los petardos”, menciona.

Frente a esta realidad, el jefe de operativos del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, mayor Eduardo Crespo, recomienda que se queme el año viejo sin explosivos. “O por último, por la mal llamada tradición, manipule bien y coloque un cohete chino”, indica.

Crespo añade que se debe descartar el uso de los tumbacasa, tumbaedificios y tumbabarrios, “por que la fiesta puede convertirse en desgracia”.

TOME EN CUENTA

QUEMA DEL VIEJO
Tenga o no camaretas y otros explosivos, el año viejo quémelo en un sitio abierto, lejos de autos, casas y material inflamable. Cumpla con las regulaciones del Municipio de Guayaquil que, entre otras cosas, disponen no quemar monigotes en las vías asfaltadas (pavimento de color negro) y en las zonas regeneradas.

EXPLOSIVOS
El Cuerpo de Bomberos recomienda no utilizar ningún tipo de explosivos, de manera especial los tumbacasas, tumbaedificios y tumbabarrios. Los fuegos artificiales deben ser manipulados con mucho cuidado.

CAMARETAS
Si por tradición utiliza camaretas comunes y cohetes, es preciso almacenar estos objetos en lugares frescos y comprar a pocas horas de quemar el año viejo. No deje al alcance de menores de edad.

SOLARES
Debe encender el año viejo y las camaretas solo en solares baldíos. Donde hay maleza puede provocar un incendio.

EXTINTOR
Por precaución, tenga a mano un extintor. Si existe algún conato de incendio llame a los bomberos. El teléfono es el 102.