Mañana se conmemoran 12 años de la beatificación por parte del papa Juan Pablo II. Esta joven ecuatoriana dedicó sus 37 años de vida a amar a Dios y al prójimo. Su espiritualidad se basó en la penitencia, el cuidado a los enfermos y en la enseñanza de la catequesis a los niños. El milagro que corresponde al proceso de canonización aún es revisado por los médicos del Vaticano, en Roma, Italia.
Su biografía
Publicidad
Nació el 29 de octubre de 1832. Sus padres fueron Pedro Martillo Mosquera y Josefa Morán, quienes procrearon 9 hijos, de los cuales Narcisa es la mayor. Perdió a su madre siendo aún una niña y a su padre a los 18 años; luego emigra a Guayaquil donde vivió por más de 15 años, su casa estaba ubicada en el actual Hotel Continental (Chile y Diez de Agosto). Allí trabajó como costurera y se dedicó a la oración y a la caridad apostólica, especialmente a los niños, a quienes les enseñaba catecismo. También trabajó con jóvenes abandonadas y refugiadas en la Casa de las Recogidas además, de visitar a los enfermos y moribundos.
La penitencia
Publicidad
Enamorada de Cristo crucificado quiso reproducir en su cuerpo los tormentos del Señor en su pasión para ser una imagen de Jesús. Su último director espiritual Manuel Medina escribe: “Sus mortificaciones fueron rígidas: siempre estaba vestida de cilicio, diariamente se daba disciplina de sangre, tenía 8 horas de oración diaria ... llevaba constantemente en su cuerpo la crucifixión del Salvador por los intensos dolores que experimentaba. Todas las noches oraba cuatro horas, coronada de espinas que le penetraban la cabeza, colgada de una cruz sembrada de algunos clavos. Dormía en el suelo sobre unas puntas de acero que tenía preparadas al intento”. Este es uno de los tantos testimonios acerca de las penitencias que la beata Narcisa hacía.
Su paso por Perú
• En 1868 se trasladó a Lima para continuar la dirección espiritual con el sacerdote franciscano Pedro Gual, quien poco después partió a Roma. Por esto tuvo que comenzar a dirigirse con el padre Manuel Medina. De ella son la mayoría de los escritos que se tienen sobre ella. Este sacerdote, previendo un posible proceso de beatificación, los hizo corroborar con la firma de un notario público.
• En Lima, vivió en el Convento del Patrocinio como huésped o pensionista, nunca como religiosa, ganándose el sustento con las labores de maestra de catequesis.
• En septiembre de 1869, se enfermó. En los postreros momentos de su vida los dolores de su enfermedad se hicieron muy intensos, pero ella los soportó, abandonándose a la voluntad de Dios y ofreciéndose como víctima por la conversión de los pecadores, cuenta Monseñor Plácido Muñoz, párroco del Santuario de Nobol. Falleció el 8 de diciembre después de haber comulgado.
• En 1955 su cuerpo es trasladado desde Perú a Guayaquil, y en 1972 regresa a Nobol, lugar donde había nacido y donde actualmente reposa.
Extracto de la homilía de beatificación del papa Juan Pablo II en 1992
"Narcisa de Jesús Martillo Morán, joven laica nacida el siglo pasado en Nobol, es presentada hoy por la Iglesia como un modelo de virtud, especialmente para tantas mujeres de América Latina que, como ella, tienen que emigrar del campo a la ciudad en busca de trabajo y sustento...".
"En esta joven ecuatoriana que sólo vivió 37 años entre continuas mortificaciones y duras penitencias corporales, encontramos la aplicación constante de la sabiduría de la cruz en cada circunstancia de la vida. Ella estaba firmemente persuadida de que el camino de la Santidad pasa por la humillación y abnegación, es decir, por el sentirse crucificada con Cristo...".