A sus 33 años, Simón Cordero es uno de los pocos diseñadores de joyas con trayectoria en el medio, su juventud y talento destacan su presencia en el campo de las artes, “aunque en el país su trabajo no sea reconocido como tal”, asegura su madre María Moscoso, pues en el extranjero incluso ganó algunos premios.
Sus dotes de hábil artesano y artista se remontan a su infancia, cuando su curiosidad de niño le tenía clavado en el taller de hobbies de su padre, donde se hacía de todo: juegos, carpintería, joyería... “mis manos siempre fueron inquietas y buscaban algo para hacer, desde ahí me incliné por las cosas prácticas”, recuerda el joven y emprendedor diseñador.
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“Es la sangre y la tradición cuencana, pienso, lo que él lleva adentro, esta ciudad es cuna de artesanos y siempre surgirán en las familias, porque entre nosotros, él es el único que optó por ese gusto, convertido en pasión”, dice su madre, quien al descubrir las inclinaciones artísticas de Simón inculcó junto con su esposo sus estudios en la Universidad del Azuay, donde siguió diseño de muebles, gráficos, textiles y cerámica, pero aquí se decidió por la joyería.
Su esposa, María Córdova, pilar de su carrera, es quien mejor recuerda los inicios de Simón en el diseño de joyas. “En 1992, cuando tenía 22 años, realizó una de sus primeras creaciones, un par de aretes y un anillo de oro que me obsequió cuando cumplimos nuestro primer aniversario de enamorados, me gustaron mucho porque eran muy originales”, dice.
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Especialización en Italia
En 1993, tras obtener el título universitario de Diseñador, motivado por sus padres viajó a Italia e ingresó al Instituto europeo de Diseño en Roma, donde se especializó en Diseñador de Joyas y Objetos, durante cuatro años. Su trabajo fue reconocido y premiado cuando participó en varios concursos internacionales, fue finalista en el Diamonds International Awards en Milán-Italia, obtuvo el Premio Unesco de Artesanía 2002 para América Latina y el Caribe, realizado en México, entre otros.
Con el objetivo de exponer su arte y captar el mercado nacional e internacional, participó en exposiciones en Italia, Colombia, México y dentro del país en Quito, Guayaquil y su natal Cuenca.
Diseños de vanguardia
Su trabajo con influencia europea, producto de su escuela de especialización, se enfoca en una línea de vanguardia, nueva, sobria y moderna, con el afán de ofrecer nuevas propuestas a las exigencias del público y trata de buscar un equilibrio entre el gusto extranjero y el nacional. “Trabajo todo el tiempo, mientras camino o paseo observo la naturaleza, la ciudad, su arquitectura, trato de descubrir formas y rasgos, busco campos de inspiración que ayudan a la creación”, expresa el artista.
Aunque utiliza también el oro, se define más por la línea de la plata de 9,25 milésimos, que se obtiene de la liga de la plata de mil o plata pura, con 75 milésimos de cobre; piedras semipreciosas, ágatas, topacios, malaquitas, cuarzos, citrinas, la variedad de piedras topacio en azul y obsidianas forman el mundo de juegos creativos con la plata para sus diseños de collares, anillos y pulseras para mujer; sus ambiciones se orientan ahora al uso de materiales como la concha y la tagua, y la labor en la línea masculina con diseños de broches para camisa y agarradores de corbatas.
Lo más demorado es el boceto, el desarrollo de la idea para luego modelarla en parafina; un buen diseño significa el uso personal que se dará a esa joya, buenas proporciones, buen peso y que sea cómoda.
Los costos de las joyas están marcados en el rango de piezas exclusivas sometidas a un proceso de prendas diseñadas, cuyo valor va de los 40 a 400 dólares.