Fraternidad, cortesía y distinción son los principios que caracterizan a la  entidad porteña.

Después del Benemérito Cuerpo de Bomberos y de la Sociedad Filantrópica, el Club de la Unión es la institución más antigua y representativa de Guayaquil.

Aunque los registros de los inicios de la asociación se perdieron durante el gran incendio que devastó la mayor parte de la ciudad entre el 5 y 6 de octubre de 1896 (incluida la sede de la institución), se conoce que en 1869 los socios se reunían en el tercer piso de una casa situada en Malecón y Nueve de Octubre.

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A falta del registro histórico se estableció oficialmente, como fecha de fundación del Club, el 25 de julio de 1869.

En una de las compilaciones del Club de la Unión, en la del primer centenario, se anotan los testimonios del coronel Genaro Cucalón Jiménez, quien recuerda que hacia 1860, cuando retornaban a la ciudad los jóvenes guayaquileños que estudiaban en Francia e Inglaterra, traían novedosas ideas que las hacían trascendentes en amenas reuniones realizadas en la sede social.

Estos jóvenes traían revistas y libros que pasaban a enriquecer la biblioteca del Club.

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Sin embargo, lo más característico de la institución, desde siempre, han sido sus fiestas y bailes de gala, especialmente para conmemorar la gesta independentista del 9 de Octubre de 1820.

Detalladas reseñas de los acontecimientos sociales publicaba el periódico La Nación en la sección Gacetilla.

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En la biblioteca del Club de la Unión, administrada desde hace diez años por Gina Rivera, se conservan estos ejemplares.

Por gestiones realizadas ante el general Eloy Alfaro, en febrero de 1907 los directivos recibieron un terreno para construir su sede en Malecón y Nueve de Octubre, donde hoy está el monumento de La Rotonda.

Como la Municipalidad necesitaba ese terreno para el monumento, se realizó una negociación en la que el Club recibió a cambio otro solar, esta vez en Malecón y Olmedo.

Nuevamente la falta de documentación entre 1908 y 1917 impide conocer la fecha exacta en que el Club inauguró su actual sede.

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De lo que sí hay abundante documentación es de las grandes recepciones ofrecidas en sus instalaciones a las personalidades del acontecer político, económico, científico, diplomático y militar.

Algo que siempre cuidan los socios es mantener los lazos de fraternidad, cortesía y distinción.

A medida que más ciudadanos eran aceptados como socios, se podían dar casos de familiares con distintas tendencias políticas o con diferencias comerciales, por tanto se volvió consigna evitar estos temas que afectaran la armonía de la institución.

Cuando ocurría algún conato de incidente, según relatan los viejos socios en las compilaciones del Club, los demás asociados trataban de armonizar, al extremo que se hizo popular la frase: “En el Club de la Unión se arregla de todo, por difícil que sea”.

Aunque de manera discreta, los socios, en su mayoría pertenecientes a las familias más importantes y tradicionales de Guayaquil, siempre han auspiciado causas benéficas.

Esa es, en parte, la historia que se conoce del tradicional Club de la Unión de Guayaquil.

HISTORIA

ANTECEDENTES

INICIOS
El Club de la Unión nace como resultado de las reuniones  que un grupo de jóvenes hacía en los almacenes de Tomás Gagliardo, para impulsar el deporte y dejar de lado los encuentros políticos, comunes entre los jóvenes de 1860.

DIRECTIVOS
El primer presidente del Club, del que hay registro, fue  Carlos Stagg Flores. Los socios honorarios eran Miguel Seminario, Ezequiel Seminario, Antonio Flores Jijón, Víctor Manuel Rendón, Mariano Corso,  Martín Ycaza Paredes, Manuel Orrantia, Homero Morla, Carlos Aguirre y Bolívar Villamil.

INFRAESTRUCTURA

LA SEDE
El edificio del Club posee dos plantas altas. La última es una terraza techada. Con orgullo los socios señalan que la construcción del local es una obra maestra de la ingeniería, por estar asentada sobre lo que antes fue el manglar.

SALÓN PRINCIPAL
La institución tiene diferentes áreas sociales, la más importante es el salón principal, donde caben 1.000 personas de pie y en el que cada año se hace el baile de las debutantes.

OTRAS ÁREAS
Los salones Amarillo  e Inglés, el bar de caballeros, la peluquería y la sala de masajes también son característicos del Club.