Por la labor del jurista, político y escritor, la comunidad compatriota pudo conocer sobre episodios y personajes de la historia nacional que por mucho tiempo permanecieron desconocidos u olvidados.

Modesto Chávez Franco nació en noviembre de 1872 en Santa Rosa, cuando esa población era parte de la provincia del Guayas y no de El Oro. En esta ciudad estudió en la escuela del preceptor Tomás Martínez, la secundaria en el San Vicente del Guayas.

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Graduado de doctor en jurisprudencia, continuó su activa labor intelectual y política. Ejerció algunas funciones públicas, como las de revisor del Tribunal de Cuentas y administrador de Correos.

También diputado por el Guayas, fue director de la revista Biblioteca y Museo Municipal de Guayaquil, profesor del colegio Vicente Rocafuerte y miembro del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

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Modesto Chávez Franco desde muy joven se dedicó al periodismo; editó el semanario El obrero, trabajó en los diarios El Tiempo, El Guante, El Universal, El Telégrafo y El Grito del Pueblo.

En EL UNIVERSO cumplió una destacada actividad y se le otorgó el nombramiento de Redactor de Honor. Colaboró con otras ediciones literarias ecuatorianas y extranjeras.

En el campo del periodismo hizo célebres los seudónimos Jack the Ripper, Pepito y El amigo Fritz.
Durante su participación política sufrió persecuciones, confinamientos y destierros.

Personaje de fecunda producción literaria, Chávez Franco dejó una vasta obra que testimonian los siguientes títulos: Crónicas de Guayaquil antiguo, Átomos negros y El lector ecuatoriano (en colaboración con José Antonio Campos), Broma en todo, Sarcasmo y Expiación en su estatua.

Se suman Motivos panáes, Sierra y Costa, Cuentos populares, Abdón Calderón, Biografías olvidadas, Cartilla Patria: epítome de historia y geografía referentes a las fronteras del Ecuador y Perú de 1531 a 1921, Cuentos populares, Visitas al museo, Historia General del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (obra póstuma), entre otras.

Como reconocimiento a su labor histórico-didáctica, la Municipalidad de Guayaquil lo nombró Cronista Vitalicio de Guayaquil (1931) y la Asamblea Constituyente le dio el título de Ciudadano Ilustre de la Nación (1938).
Su muerte ocurrió el 14 de mayo de 1952 en esta urbe; centros educativos y calles tienen su nombre.