El “core” o núcleo del negocio es la actividad principal de una empresa. Le da identidad, expresa cómo esta crea valor y es el motor de crecimiento. Con el tiempo, debido a los cambios del entorno, los mercados y las tecnologías, los core pierden la capacidad de generar riqueza. Las empresas que perduran captan este hecho y evolucionan proactivamente su core, hacen que emerja uno nuevo e incluso abandonan el que originó su nacimiento.

Hay muchos ejemplos, Kimberly-Clark vendió los molinos de papel que la vieron nacer para convertirse en una empresa mundial que fabrica productos elaborados de papel, como pañales para niños, papel higiénico, toallitas húmedas, entre otros.

La empresa Shell se fundó para vender conchas marinas a Inglaterra. Su fundador se dio cuenta de que había potencial al exportar aceite para lámparas y puso en servicio el primer barco del mundo construido para transportar petróleo. Hoy es un grupo internacional de empresas energéticas y petroquímicas.

American Express nació en el negocio de transporte de cargas y encomiendas. Luego, para responder a las necesidades de sus clientes facilitó el transporte de dinero, para finalmente ofrecer el dinero plástico dando origen a su negocio actual de tarjeta de crédito.

Amazon comenzó como una tienda online de libros, luego se expandió a todos los productos. Hace pocos año captó el crecimiento exponencial del tráfico de internet y decidió entrar al negocio de infraestructura web creando Amazon Web Services.

Un caso latinoamericano que destaca es Femsa, que evolucionó de ser líder en México con cervezas Moctezuma a las tiendas OXXO y cadenas de farmacias en América Latina.

Los ecuatorianos tenemos que reflexionar lo antes posible cuáles serán nuestros nuevos core económicos de cara al futuro.

Así como las decisiones estratégicas y su exitosa implementación conducen a que las empresas evolucionen su core, también lo hacen las ciudades y los países. Recientemente escuché en Miami la charla del presidente de la asociación de bancos. Él explicó que hasta fines de los 70 el core económico de la Florida fue el turismo, la agricultura y la industria de la construcción. En 1977, Florida aprobó leyes permitiendo que los bancos extranjeros abran en el estado y realicen operaciones bancarias internacionales. Fue un éxito, Miami se convirtió en el segundo centro financiero más grande de EE. UU. después de Nueva York. Durante el COVID-19 la Florida permaneció abierta para los negocios, haciendo que muchos más estadounidenses se mudaran. La inestabilidad política en América Latina también ha impulsado un nuevo boom de negocios en el lugar. Además el alcalde de Miami está impulsando un nuevo core: el tecnológico. En años recientes llegaron Microsoft, Nvidia, Uber, Amazon y casi 500 Startups FinTech.

Los ecuatorianos tenemos que reflexionar lo antes posible cuáles serán nuestros nuevos core económicos de cara al futuro. En los últimos 50 años el petróleo crudo ha sido la principal fuente de ingresos del Ecuador. La industria de minería legal tiene un gran potencial, al igual que la exportación de productos no tradicionales, sobre todo los agrícolas. Definirlos será el punto de partida para enfocar y alinear los objetivos y las estrategias tanto públicas y privadas. (O)