En estos momentos que vivimos es cuando más debemos tener claro qué es, realmente, hacer patria, y quién y cómo hace patria.

Hace unos años adoptamos la decisión de incorporar en los eventos empresariales que organizamos símbolos patrios, bandera e himno, para recuperar el civismo. Y también en el ámbito de la familia recomendamos y practicamos conocer y vivir todos los rincones de nuestro maravilloso Ecuador, de hacer turismo interno en un país que sorprende a los visitantes por lo hermoso y diverso de su geografía, su cultura y la calidez de su gente. La patria son los símbolos, es su territorio, pero es mucho más.

¿Tocamos fondo?

Podemos acudir a la sabiduría contenida en frases de quienes nos han precedido y han vivido circunstancias similares. “Donde está el bien, allí está la patria”, dijo Cicerón, o “Donde habita la libertad, allá está mi patria”, afirmó Benjamin Franklin. “Amar a la patria no es obedecer a sus pasados, sino servir a su porvenir”, para Auguste Comte. Y cómo no recordar a José Martí, para quien “todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria”.

Hacemos patria cuando nos hacemos responsables de la historia común y ello pasa por algunas decisiones y acciones. Cuando continuamos nuestras vidas no dejando que el temor nos paralice, cuando realizamos nuestras actividades produciendo, trabajando, estudiando, creando, sirviendo; eso sí, con más pasión y compromiso que antes. Hacemos patria cuando trabajamos a diario con excelencia, cumpliendo a cabalidad el rol que estamos desempeñando en la sociedad; siendo íntegros, cumpliendo con las normas, cultivando y transmitiendo valores como honestidad y solidaridad; haciendo el bien y pensando en el prójimo. Hacemos patria cuando estamos unidos en torno del presidente Daniel Noboa, quien está haciendo la labor por la cual lo elegimos. Él tiene la autoridad que le otorga la Constitución para enfrentar el terrorismo. Apoyémoslo a él y a las FF. AA., cada uno desde sus posibilidades. Hacemos patria cuando por encima de las diferencias y la polarización optamos por buscar coincidencias e intereses comunes, por escasos que sean, y construimos a partir de aquello que nos une.

Unidad por la paz

Vamos a vivir un proceso largo e inédito, en un entorno difícil de comprender y que cambia de manera no lineal, es crucial adoptar un enfoque de resiliencia, tolerancia al estrés y adaptabilidad. Desarrollar habilidades como la capacidad de aprendizaje continuo, el pensamiento sistémico y la agilidad para ajustarse a las circunstancias cambiantes. Liderar con prudencia y sensatez, estar atentos a los acontecimientos para ser ágiles en las decisiones, manejar información precisa y cierta, proteger a nuestros seres queridos y colaboradores, controlar las emociones propias y no difundir noticias sin fundamento.

Qué mejor que recordar hoy a Khalil Gilbran: “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”. El sol brillará, sin duda, acudamos al poder transformador de la actitud personal y de la unidad, del compromiso colectivo para superar el gran desafío al que nos vemos enfrentados. ¡Vamos firmes y hacia adelante, haciendo patria! (O)