¿Cómo resolver los problemas más difíciles de la vida? se preguntó el Dr. Stephen R. Covey. El resultado de su investigación se condensó en el libro La tercera alternativa. Ecuador ha enfrentado problemas muy serios y diversos en los últimos tiempos, la falta de compromisos conjuntos para enfrentarlos nos han conducido a una crisis que requiere una solución efectiva y sostenible. Tengo la convicción de que la propuesta de Covey puede dar algunas luces para superarla.

El punto de partida es entender cómo manejamos la diversidad al resolver problemas. La primera alternativa siempre se fundamenta en la manera de ver y hacer las cosas que uno tiene, la segunda alternativa es la manera que otros tienen. Los resultados al encontrarse ambas, sobre todo si son opuestas, son discusión, pelea o conflicto. En el mejor de los casos un acuerdo en que las partes ceden o tranzan en algo, lo que detiene por un momento y superficialmente la beligerancia, pero el problema se perpetúa, las diferencias se acentúan y tienen un efecto desintegrador.

En el fondo cada alternativa está sustentada en una mentalidad muy arraigada y concreta: los liberales y conservadores, trabajadores y jefes, ecologistas y constructores, generación Z y generación Y, entre otras.

La propuesta es que no hay que solucionar el conflicto, hay que transformarlo. Avanzar en la sociedad, la empresa o la familia no es acerca de reconciliar o remediar la vieja realidad, es acerca de crear una nueva realidad. Cuando se cede todos pierden algo, pero si se crea una tercera alternativa en la que todos ganan surge un resultado nuevo y sorprendente. Para Covey tener Mentalidad tripolar es abrirse a pensar que es posible una manera en que las dos partes ganen. Reconociendo que es casi imposible avanzar sostenidamente cuando la solución se enfoca en saber cuál es la mejor propuesta, cuál es la identidad que prevalece la mía o la tuya, quién conserva el poder tu o yo.

Los nuevos líderes que han emergido en esta contienda electoral están llamados a dar el ejemplo.

Quien posee una Mentalidad tripolar toma conciencia que los egos, los estereotipos y los paradigmas inmovilizan. Entiende que el camino para aprovechar positivamente las diferencias es la sinergia: la acción conjunta de dos en pro de metas comunes. Covey propuso tres pasos para lograrla. 1. Mostrar voluntad: ¿ estamos realmente dispuestos a buscar una solución mejor que la que cada uno ha encontrado por separado? 2. Definir el criterio de éxito para todos: ¿tenemos claro qué resultados podrían ser un “ganar”, más allá de las expectativas personales? 3. Generar y probar alternativas nuevas: ¿exploraremos diferentes ideas? ¿Consideraremos perspectivas distintas a las nuestras?

Ecuador ya alcanzó la sinergia cuando sector privado y público, distintos actores políticos, academia, empresa, ONG, entre muchos otros, nos juntamos en pro de vacunar en 100 días a 9 millones de ecuatorianos. ¿Lo podremos volver a lograr? ¡Seguro que sí! Si superamos las agotadoras disputas y sumamos todos. La magnitud de los problemas que nos acogen (inseguridad, fenómeno de El Niño y la pobreza) hacen necesario y urgente este cambio de paradigma. Los nuevos líderes que han emergido en esta contienda electoral están llamados a dar el ejemplo. (O)