Como preámbulo les diré que en mi niñez tuve la suerte de conocer a doña Corina del Parral Durán, dama de refinada cultura que amó de manera singular a nuestro país, incursionando también en el pentagrama musical con la letra para el pasillo Esta pena mía. Fue cónyuge del presidente José María Velasco Ibarra, fallecido en la pobreza, ejemplo de político honesto, de quien mi padre fue su último ministro de Finanzas y el único del gabinete a quien el general Rodríguez Lara le propuso continuar, pero, por lealtad a Velasco, no aceptó.

El padre de la economía moderna, el escocés Adam Smith, nació hace 300 años y todavía se practican sus ideas, publicadas en La riqueza de las naciones y en la Teoría de los sentimientos morales, cuya tesis es simple: “Las personas tienen una tendencia a simpatizar con sus semejantes; con ese fin, moderamos nuestra conducta y es la base de nuestros juicios morales”. En este libro, Smith pregona que la gente es fundamentalmente social y que la ética es un fenómeno social, porque sin sociedad no existe un sentido del bien o del mal.

¡Feliz cumpleaños, Adam Smith!

Durante el COVID, el mundo vivió una fuerte tormenta en la que afloraron la empatía por un lado y la desidia por otro, sobre todo en algunos servicios estatales. Pero cuando pasó la crisis y la gente empezó a vacunarse creí que, debido al sufrimiento experimentado, la gente sería más empática.

No sabemos exactamente los efectos económicos y sicológicos causados por el COVID, pero se acusa esa falta de empatía con los demás cuando vemos las disputas políticas y la manera de expresarse de estos en contra de aquellos; los bloqueos del Legislativo al presidente –quien tuvo que decretar la muerte cruzada–; las protestas sociales con daños materiales promovidas por Leonidas Iza; las decisiones de los jueces para liberar criminales; los viles comentarios en redes sociales; la agresividad de la gente en el tránsito, las vacunas, muertes e inseguridad cotidianas. Cosas que nos ponen a pensar: ¿qué le pasó a la gente en Ecuador?

Hay una especie de sicosis que ha quebrantado el pacto social y hace más difícil vivir en sociedad.

Vivimos situaciones incomprensibles; por ejemplo: no se consiguen citas ni medicinas en el IESS y no se programan cirugías a tiempo. Trabajo en el campo de la salud, y una señora amenazó con poner una bomba a la empresa si no le pagaba un reembolso. Estallan bombas en locales comerciales, amenazan con demandas por cualquier cosa. Hay una especie de sicosis que ha quebrantado el pacto social y hace más difícil vivir en sociedad.

Con estos antecedentes, es muy difícil establecer estrategias en los negocios y proyectar un crecimiento, porque adicionalmente a la inseguridad, tendremos elecciones anticipadas, con el reto de elegir al binomio más ético y competente para administrar el país.

Durante la pandemia leí y escuché por video el poema de Alexis Valdez Esperanza, cuyo contenido es impactante y del que resalto este pasaje: “Cuando la tormenta pase, sudaremos empatía, por quien está y quien se ha ido. Te pido, Dios, apenado, que nos devuelvas mejores, como nos habías soñado”. Un nuevo orden moral en los negocios, en la política y en la sociedad es indispensable para que haya paz, empleo y justicia social. (O)