La lista de Schindler (1993) es una película dirigida por Steven Spielberg sobre la vida de Oskar Schindler, un empresario alemán que salvó de morir en el Holocausto a más de mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Empleándolos como trabajadores en sus fábricas, Schindler arriesgó su privilegiada posición frente a los nazis.

El ecuatoriano Manuel Antonio Muñoz Borrero hizo algo similar, pero desde la Cancillería del Ecuador en Estocolmo (Suecia), durante los años 1943-1945: emitió pasaportes ecuatorianos irregulares a 80 refugiados judíos, con el propósito de evitarles la muerte en los campos de concentración.

‘Schindlers’ ecuatorianos que salvaron a decenas de judíos

Muñoz nació en Cuenca en 1891, nieto de Antonio Borrero Cortázar, quien había sido presidente del Ecuador en 1875-1876. Muñoz se doctoró en la Universidad Nacional de Bogotá y en 1931 el Gobierno ecuatoriano lo nombró cónsul en Suecia, país en el que permanecería durante los siguientes 33 años. Los cuatro primeros los cumplió con aquel cargo, y los siete siguientes, hasta 1942, como cónsul honorario. Fue entonces que lo relevaron definitivamente de sus cargos diplomáticos, por la irregular emisión de pasaportes, lo cual lo antagonizó con su propio Gobierno. Los 22 años restantes en Suecia los pasó como relacionador público, consultor jurídico y traductor. Murió en México en 1976. Cabe anotar que Muñoz fue primo hermano del padre del actual vicepresidente Alfredo Borrero.

Ecuatoriano, honrado por ayudar a los judíos

La Asamblea Nacional de Ecuador, en la sesión del 25 de enero de este año, condecoró –post mortem– a Muñoz por su ayuda al pueblo judío. Asimismo, el 7 de marzo de 2023, el presidente Guillermo Lasso lo galardonó con la Orden Nacional “Honorato Vásquez” en el grado de Gran Cruz.

El escritor ecuatoriano Óscar Vela ha publicado la novela Ahora que cae la niebla (editorial Alfaguara), sobre la vida de Muñoz. En ella se publica la escueta misiva del entonces presidente Carlos Alberto Arroyo del Río en 1942 cancelando el nombramiento de Muñoz como cónsul en Estocolmo. Un mes después, Relaciones Exteriores le pide explicaciones sobre la emisión irregular de los pasaportes. A lo largo de la novela, Vela sugiere que los actos de Muñoz incomodaron a los alemanes, quienes en aquella época tenían buenas relaciones con el Gobierno ecuatoriano.

El mes pasado, el cineasta estadounidense Michael King estuvo en Ecuador para incluir a Muñoz en el documental The rescuers last chance project, el cual es la continuación de otro de similar nombre. En estos documentales se incluyen las biografías de personajes a nivel mundial que optaron por el sacrificio personal en aras de objetivos humanitarios. Este documental, que estará listo dentro de un año, dedicará una hora a la vida de Muñoz.

Son varios los reflectores que iluminan la imagen póstuma de este personaje ecuatoriano. La gran lección para nosotros, sus compatriotas del siglo XXI, es que puede existir una gran sensibilidad humanitaria dentro del corazón de un funcionario público. Por ejemplo, sería imposible imaginarse a Muñoz Borrero como el gerente de una actual empresa pública, entretejiendo planes para enriquecerse a costa del erario nacional. (O)