Los sueños sobre el futuro son mágicos porque nos transportan a realidades que solo están en nuestra imaginación, haciendo que la vida cobre significado más allá de la rutina y el día a día.

Los sueños vuelven, conectan a las personas con aquella creatividad que realmente disfrutaban cuando eran niños. Soñar expande las posibilidades de la mente, en los sueños positivos y del futuro expresan la libertad plena del ser humano. “No es cierto que la gente deje de perseguir sus sueños porque envejece, más bien envejece cuando deja de perseguir sus sueños”, dijo el escritor colombiano Gabriel García Márquez.

Confía en ti mismo

Cuando los sueños son inspiradores mueven a las personas a dar lo mejor y son fuente de contagio para muchos.

Los sueños son también faros de luz en momentos de oscuridad capaces de sacar a los seres humanos de las adversidades más duras, la historia evidencia que los sueños en grande han sido fuente de transformaciones impresionantes en distintos órdenes sociales, tecnologías y económicas.

“Un sueño que sueñas solo, es solo un sueño. Un sueño que sueñas con alguien, es una realidad”.

Los sueños que reflejan metas, anhelos, deseos y aspiraciones son poderosos al conectar nuestro inconsciente con nuestras acciones, identificado por los psicólogos como un efecto de autorrealización.

Los sueños claros y enfocados de las empresas son el primer paso para el diseño de las estrategias ganadoras.

Rescatemos el valor de soñar despiertos en positivo y sobre el futuro. El mes de enero es el mes propicio para soñar. Utilicemos el lienzo en blanco del inicio de año para soñar lo que queremos ser, lograr o crear en el 2024 en nuestras vidas, familias, empresas e instituciones. Cada uno debe aprovechar la libertad para soñar: con su casa propia, con su emprendimiento, con su título profesional, con desarrollar una nueva habilidad, con mejorar la salud, con viajar, con hacer un gran contribución social, con conquistar un nuevo mercado, con liderar un gran cambio; en fin, las posibilidades son infinitas.

Y por supuesto soñar también en ideales nobles como ser una mejor persona, más generosa, solidaria y comprometida con los demás, con un mejor país.

La mayor riqueza somos nosotros mismos

Los sueños son el gatillador de la responsabilidad. Confiemos en los sueños, pero eso sí tengamos claro que el verdadero poder se centra en que no deben ser depositados en las manos de alguien más, cada uno es responsable de trabajar para alcanzarlos. No podemos entregarles nuestros sueños a nadie, nosotros tenemos que hacernos cargo de lo que queremos. Y también reconozcamos que los sueños se potencian cuando se juntan los esfuerzos y solicitamos apoyos para concretarlos. Como bien afirmó John Lennon: “Un sueño que sueñas solo, es solo un sueño. Un sueño que sueñas con alguien, es una realidad”.

Sin duda el futuro pertenece a quienes creen en sus sueños, pero sobre todos cuando van acompañados de trabajo duro y determinación. El país necesita que todos soñemos: gobernantes, políticos, empresarios, profesionales, y deseemos lo mejor, pero sobre todo que estemos dispuestos a jugárnosla. (O)