Causar impacto positivo es el mejor indicador del éxito de la gestión de los líderes. Esto no es solo comunicar, proponer, hacer o invertir dinero; es transformar la realidad y ante todo obtener resultados libres de cualquier subjetividad para clientes, sociedad y planeta. Es un resultado que produce una mejora sustancial y avances importantes y contundentes en economía, infraestructura, condiciones de vida, sostenibilidad ambiental, emocionalidad positiva, entre otros. Como consecuencia de haber definido acertadamente y aplicado de manera correcta una estrategia, una política, un proyecto.

Quienes sean incapaces de generar impacto positivo pagarán la factura: frustración e insatisfacción, pérdida de recursos y pobres resultados que pueden llegar a afectar la misma supervivencia de la organización, institución o empresa que lideran.

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Respecto del impacto he observado que hay dos tipos de líderes. Los que vuelven el impacto el foco de su gestión y se ocupan de tomar decisiones y acciones que producen resultados; mientras que otros pierden de vista lo que realmente importa, no tienen clara la relación de causalidad entre gestión y resultados, y prefieren rodearse de colaboradores que les dicen lo que quieren escuchar o suelen definir la gestión y resultados con vaguedad.

En los líderes que producen alto impacto positivo consistentemente se observan cinco principios.

Primero: tienen claridad en el propósito y en los resultados que buscan. Los impactos positivos a lograr están expresados de forma clara, concisa y realista. Estos se alinean con las expectativas de a quienes sirven.

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Segundo: definen decisiones y priorizan acciones específicas, prácticas y comprensibles para todos; coherentes a lo que se quiere lograr. También son informadas y pocas, concentran todos los recursos, esfuerzos y energías.

Tercero: identifican qué podría impedir el éxito y cómo prevenirlas.

Cuarto: asignan responsables claros a las decisiones y acciones tomadas.

¿Estamos conscientes del impacto positivo de nuestras decisiones y acciones? ¿Cómo mejoramos la capacidad de causarlo?

Cinco: miden para asegurar el impacto generado (en lo ejecutado y lo logrado). Lo hacen con absoluta transparencia, objetividad y honestidad. Eso les sirve para ajustar cuando las cosas no se dan como se esperaba.

En el mundo empresarial veloz, cambiante y competitivo es tan imprescindible causar impacto positivo consistentemente que quienes están a la vanguardia evalúan a sus CEO o gerentes generales y sus equipos de trabajo por su capacidad para generarlo. En el ámbito público aún no pasa, pero la satisfacción ciudadana se mueve en función del mismo. Incluso las consecuencias pueden llegar a más, distintas estadísticas muestran que los ciudadanos desconfían en la democracia cuando el impacto positivo de la gestión pública es pobre.

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Hoy vemos gente angustiada ante sus problemas no resueltos y necesidades apremiantes; el desafío del próximo Gobierno es causar impacto positivo, tomar decisiones y acciones que mejoren la vida de las personas en corto plazo. En la crítica y compleja situación que vivimos es muy trascendente para los líderes, en lo público y en lo privado, hacerse las siguientes reflexiones: ¿Estamos conscientes del impacto positivo de nuestras decisiones y acciones? ¿Cómo mejoramos la capacidad de causarlo? (O)