La tarea profesional que cumple FF. AA., con todas sus capacidades y los materiales que cuenta, requiere ayuda internacional. Una de ellas, con los EE. UU., es fundamental y urgente. Precisamente, el año pasado se firmó el acuerdo binacional para concretar esa ayuda, que está en manos de la Corte Constitucional para su control constitucional y que debiera valorar no solo el texto y sus implicaciones sino la realidad interna que no tiene antecedentes en la historia del país. Está en juego la paz de la República.

El momento difícil que vive el Ecuador en materia de seguridad llevó a declarar la existencia de un conflicto armado interno y a identificar a grupos terroristas, lo que demanda una acción conjunta, con la necesaria ayuda externa que han ofrecido varios países y que debiera concretarse.

EE. UU. debe apoyar a Ecuador contra el narcoterrorismo

Por ello la urgencia de facilitar la ayuda militar de EE. UU. más allá de sesgos ideológicos, que tanto daño le han hecho al país y que llevaron a incluir en la Constitución desde los falsos izquierdistas la prohibición del establecimiento de bases militares o instalaciones extranjeras con propósitos militares (art. 5) con argumentos de soberanía cuando primero está la vida y la supervivencia de la gente.

Precisamente el país vive estos momentos de guerra interna tras haber permitido hace 15 años la presencia de la guerrilla colombiana en nuestro territorio y luego poner fin a la ayuda americana en la base aérea de Manta para detectar y combatir a la incursión del narcotráfico.

El problema existente va más allá de un estado de excepción, que puede extenderse por un tiempo. Penosamente, será permanente y siendo realistas, no hay soluciones mágicas ni rápidas, pero hay que parar esta debacle. Por ello la urgencia de la aprobación de reformas constitucionales y legales en una consulta popular, que no pueden esperar ni cuestionarse, especialmente desde politiqueros que solo buscan su bienestar.

Colombia es un ejemplo. Vivió décadas su problema interno y la ayuda de los EE. UU. fue vital: militar, capacitación y preparación, fundamentalmente en el orden económico con el destino de miles de millones de dólares, la entrega de materiales de última generación, que le permitió hacer frente a la violencia y sin embargo tomó varias décadas. Incluso aún se habla de la necesidad de lograr la paz total.

Al combate de este mal, con las FF. AA. y la Policía al frente, se requiere la unidad nacional pero también al mismo tiempo la auto depuración del Estado debido a la corrupción y la contaminación generalizada en la casi totalidad de sus instituciones que están tomadas y que refleja la metástasis, no solo en la investigación que lleva a cabo la Fiscalía.

A los problemas sociales, económicos y de desempleo se suma la necesidad de una justicia eficaz, oportuna e implacable, que deje de ser actora, cómplice y encubridora de esta realidad. Se requiere recuperar los valores, partiendo de la familia, que se han pulverizado en el sistema educativo, que primero debiera formar seres humanos. Concienciar sobre lo dañino que constituye la codicia y las ambiciones económicas para acumular riqueza de manera rápida, que finalmente no garantiza ni paz ni felicidad. (O)