Daniel Noboa ganó la segunda vuelta electoral el 15 de octubre, convirtiéndose en el presidente más joven en la historia del Ecuador, con apenas 35 años (la edad mínima para ser candidato). Cumplió así el sueño de su padre, Álvaro Noboa, quien aspiró cinco veces a la Presidencia sin tener éxito.

Iniciará un gobierno de transición de apenas 18 meses, de los cuales los últimos seis meses se consumirán en la campaña para elegir a su sucesor (cargo al que podría aspirar nuevamente).

Daniel Noboa gana la Presidencia al primer intento; su padre, Álvaro Noboa, participó cinco veces sin lograrlo

El margen de victoria de Noboa, 52 a 48 % de los votos válidos, fue similar al que tuvo el presidente Guillermo Lasso contra Andrés Arauz en 2021; y similar a lo que indicaban los exit polls a favor de Lasso en 2017, antes de que se produjera un “apagón informático” tras el que se revirtió el resultado a favor de Lenín Moreno.

Noboa llega al poder en momentos algo precarios.

Aunque el actual ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, ha insistido que el déficit fiscal está bordeando el 2 % del PIB, varios analistas económicos y el centro de investigaciones Cordes han estimado la cifra cerca del 4,5 %.

Esto se complica por la imposibilidad de acceder al mercado financiero internacional, por el riesgo país; que, si bien bajó 91 puntos tras conocerse la victoria de Noboa, se mantiene cercano a 1.750 puntos (es decir que obtener financiamiento externo costaría al Ecuador más de 22 % anual). Quizás se puedan organizar nuevos canjes de deuda por naturaleza o por financiamiento climático, que aliviarían el servicio de la deuda. Será difícil acceder incluso al financiamiento chino caro al que recurrió Rafael Correa en los dos últimos años de su mandato. Se podrá acceder a algunos recursos multilaterales.

Daniel Noboa, el empresario que se convirtió en el mandatario más joven de Ecuador

En la Asamblea Nacional la coalición que postuló a Noboa (que, curiosamente, contiene remanentes de la lista 35 de Alianza PAIS) tiene apenas 14 asambleístas (alrededor de 10% del total). Los dos principales bloques son los del correísmo (52 asambleístas) y el movimiento Construye, que postuló a Fernando Villavicencio a la Presidencia, antes de ser asesinado. Para poder aprobar leyes Noboa necesitará el apoyo de todos los bloques no correístas; o quizás intente un acuerdo con el correísmo (Revolución Ciudadana). Durante su gestión como asambleísta por Santa Elena terminó votando con el correísmo en varias oportunidades. Es improbable, no obstante, que logre una mayoría para aumentar los impuestos, dado que prácticamente desde el inicio habrá un ambiente preelectoral.

Ante esta situación podría emitir un decreto ejecutivo para reducir los subsidios a los combustibles fósiles, una medida aconsejable desde todo punto de vista (fiscal, sanitario, ambiental, de cambio climático y hasta de distribución del ingreso). Pero, como ha ocurrido con Moreno y Lasso antes, una medida de esta naturaleza podría generar una reacción social. Pero la verdad es que el Estado ecuatoriano no puede seguir manteniendo estos subsidios regresivos y contrarios a los compromisos del Ecuador frente al cambio climático.

Hay que tomar en cuenta, además, que dado el referendo sobre el Yasuní, la producción petrolera caerá en unos 55 mil barriles diarios, con lo cual habrá cada vez menos exportaciones de crudo para financiar la importación de derivados.

El impacto del fenómeno de El Niño se sentirá más en los meses venideros; y persisten niveles elevados de inseguridad y violencia, asociado al narcotráfico. Todo pinta un panorama en que Noboa no tendrá una “luna de miel”. (O)