Las razones de la desaparición de Édison Erazo todavía son un misterio. Los familiares buscan algo de información sobre su paradero desde el 17 de diciembre, la última vez que tuvieron información. El ciudadano oriundo de Otavalo, provincia de Imbabura, cumplió 23 años este 27 de diciembre.

Este miércoles, diez días después de su desaparición, se han unido entre amigos y familiares para revisar en distintos lugares y pedir a los vecinos que compartan el contenido de sus cámaras de seguridad, todo podría ayudar para conocer cuál fue su trayecto.

Tania Erazo, hermana de Édison, está desesperada. Lo que conoce es que el 16 de diciembre salió a consumir bebidas alcohólicas con su jefe. Después él salió del lugar y se trasladó al sector de Carabuela, una población al sur de Otavalo, en el camino a Atuntaqui.

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Desde ahí todo se vuelve incierto, pues un amigo habría recibido a Édison en su casa, habría dicho que llegó golpeado, pero que no quiso quedarse en ese lugar, aunque tampoco sabe a qué hora salió de su domicilio.

La Navidad para la familia Erazo ha sido la más dura en la historia, pues todos viven con la incertidumbre de conocer lo que pasó a su familiar o el lugar en el que se encuentra.

“Hoy estaría cumpliendo sus 23 años”, dijo su hermana, mientras un nudo cortaba su voz por el dolor de no tener cerca a su familiar.

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Ya se ha cumplido una semana de la denuncia realizada en Fiscalía, informó. Sin embargo, no han recibido ninguna ayuda, no les han contactado desde la Policía o algún agente fiscal. “No se ha dicho nada, mas bien, nos hacen en el caso omiso, no tenemos resultados”, agregó.

Édison trabajaba como ayudante en un camión, es soltero y no tiene hijos. Lo último que se supo es que salió a divertirse, sin saber que podría resultar con un final triste, como el presente que viven sus familiares al no saber de él. (I)