Nació en la comunidad Quinchuqui, en Otavalo, en la provincia de Imbabura. Las montañas, el verdor de las plantaciones y el viento frío era lo que David Maigua veía todos los días en su niñez.

Pero no es su único recuerdo, la música indígena era otra de sus conexiones puesto que su hermano y su padre tocaban instrumentos y cantaban. No solo en la región Sierra sino hasta Japón. Sus dos familiares trabajaban como músicos en el país asiático y ganaron su público.

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Cuando su padre y su hermano volvieron, David tenía curiosidad sobre Japón y empezaba a preguntar qué había, cómo era. Luego, recibían visitas de japoneses, justamente porque eran seguidores de los músicos.

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Y en ese momento, David aprovechaba para despejar sus dudas. “Mi familia hace música floclórica y tiene acogida en Japón. Iban amigos a Ecuador, entonces yo tuve contacto y me parecieron personas cálidas y alegres”, cuenta David, quien se puso como meta viajar a ese país.

Cuando terminó de estudiar ingeniería mecánica en la Universidad San Francisco de Quito, trabajó dos años en esa área. Después, averiguó sobre programas de intercambio con becas y postuló en una llamada ‘Jasso’, que significa Japan Student Services Organization (Organización de Servicios Estudiantiles de Japón).

Jasso se fundó el 1 de abril de 2004 mediante la reorganización e integración de los programas de préstamos de becas proporcionados por la Japan Scholarship Foundation, la Asociación de Educación Internacional de Japón; el Instituto de Estudiantes Internacionales, el Instituto de Estudiantes Internacionales de Kansai, entre otros, según resume el sitio web www.jasso.go.jp.

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Entonces, David aplicó y fue seleccionado para estudiar un semestre en la Universidad Kansai Gaidai en Osaka, una de las ciudades del país asiático. “Estaba con mucho miedo porque no entendía nada, así fieron las primeras semanas y saqué valor y dije ‘lo tengo que hacer’. En ese semestre viví muchas cosas inolvidables, fue una de las mejores épocas de mi vida, quería quedarme en japón”, relata.

El joven regresó a Ecuador, pero sentía que debía volver a Japón. Pensó en trabajar y reunir dinero para el viaje, sin embargo esos planes cambiaron. Su hermana le mostró que podía aplicar a una beca de maestrías de la Embajada de Japón en Ecuador donde el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología del Japón (MEXT) ofreció estas oportunidades a estudiantes y profesionales que deseen realizar estudios de investigación con opción a maestría o doctorado en una universidad de esa nación.

David gestionó la documentación en 2021, como ya sabía un poco más de japonés tenía mayor seguridad. “Demostré mi experiencia, estudios, aspiraciones”, dice y fue así que salió favorecido y se convirtió en el primer indígena en tener esa beca en 2022, que dura dos años más seis meses de adaptación.

El joven otavaleño durante sus clases en el país asiático. Foto: Cortesía David Maigua.

Para él, fue el día más feliz de su vida, lloró de emoción con su hermana y armó las maletas. Llevó una bandera de Ecuador y su capador (instrumento musical). “Traté de exponer al máximo mi identidad, lo que soy, mi rendimiento académico. Yo siento que todos pueden aplicar a este tipo de becas”, recalca.

David, de 30 años, sigue estudiando y viste la ropa típica de Otavalo. Tiene el cabello largo, el cual lo trenza. Cuando sale a caminar lo miran justamente por esa forma de vestir, pero se siente orgulloso de ser ecuatoriano. Ya sabe cuadro idiomas: español, quechua, inglés y japonés.

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“La lengua quechua lo aprendí de mis padres, quienes desde siempre me han hablado en quechua. Para mí no fue un problema salir a las calles de Tokio con mi vestimenta cultural. Por esta razón llevo mi cabello largo e interpreto ritmos autóctonos de mi región (con su capador)”, señala.

David lleva un año y cuatro meses en Japón. Los gastos académicos y pasajes de avión fueron parte de la beca y además recibe valores para sus gastos básicos.

Según datos del Ministerio de Turismo, en nueve años han viajado 6.059 ecuatorianos a Japón. 6.058 fueron en viaje aéreo y solo uno por la vía marítima.

AñosEcuatorianos que viajaron a Japón
2015812
2016731
2017907
20181.093
20191.069
2020109
2021105
2022236
2023997

Piensa en regresar

El objetivo de David es quedarse un poco más de tiempo en Japón para practicar lo que estudia: desarrollo de prótesis y ortesis. “Quiero aplicarlo en mi país porque esa tecnología es muy costosa y sé que hay personas que han perdido alguna parte de su cuerpo y no tienen la capacidad para pagar. En ese sentido, mi fin es contribuir con nuestra sociedad para que tengan una mejor calidad de vida”, cuenta.

Por eso David cuando termine la maestría, piensa seguir dos años más en el país asiático para ganar experiencia. “Mi plan es quedarme en Ecuador y ayudar a la gente en este campo. Estaría regresando en más o menos en cinco años”, indica y lamenta que en Ecuador no haya esos avances en esa rama, pero espera aportar con lo aprendido.

Paisajes y retos

En su cuenta de TikTok, David también muestra los hermosos países de Japón y lugares populares como Akihabara Electric Town, el templo Sensoji y Dotonbori.

En sus posteos, las personas le consultan cómo hizo para llegar, cómo es la vida allá, y otros lo aplauden por mostrarse cómo es. Esto en referencia a su vestimental cultural como ponchos, sombreros y larga trenza.

@draimonsito

Respuesta a @prisciladelcarmen53 Storytime de cómo llegue a estudiar en Japón (beca Mext) #ecuador🇪🇨

♬ Kallari - David Maigua

“Viajar a Japón por turismo es increíble, pero cuando hablamos de vivir en esta sociedad también es un reto, debido a muchas diferencias culturales. Además, hay que saber del idioma, que es muy complicado, tanto en escritura como gramática”, señala David. (I)

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