Queridos lectores, llegó la época más bonita del año. Aunque aún seguimos en pandemia, se respira un ambiente navideño; notamos que el tiempo vuela y que a ratos nos sorprende descubrir que llegó diciembre.

La Navidad con padres separados o divorciados es una realidad de muchas familias en el mundo, las personas tienden a tener discrepancias y conflictos por los horarios de visita a los hijos, por el dinero, por la presencia de nuevas parejas, por dificultades con los parientes y otros.

Muchas exparejas, con el afán de buscar lo mejor para los hijos, proponen y a veces exigen incluirse en las festividades familiares, generando estrés innecesario. A continuación comparto algunas ideas para que la celebración navideña sea satisfactoria para toda la familia.

1. Procure ser flexible en los horarios: Es muy saludable dialogar con los hijos para conocer los horarios que tendrán para visitar a sus padres, no importa si son niños, adolescentes o adultos, lo importante es que se sientan cómodos y que puedan expresar el afecto a sus seres queridos en un ambiente de armonía.

2. Si la separación ha sido reciente no fuerce a sus hijos a participar de una celebración extensa.

3. Descubran juntos nuevas formas de disfrutar la época navideña, jueguen, pinten, bailen, canten, cocinen, eso ayuda a que todos se sientan parte de la celebración.

4. Si se trata de niños pequeños en edad preescolar o escolar, ellos pueden salir a un almuerzo navideño y tarde de juegos con uno de los dos padres, quien los llevará a casa del otro progenitor para que pasen la cena navideña.

5. Cuando la distancia física es insalvable, es necesario que el padre o la madre se comuniquen por videollamada, WhatsApp o la modalidad que escojan, lo importante es la actitud positiva y el afecto.

6. Lo esencial es que ambos padres cedan en ciertas expectativas y que los chicos puedan pasar “un día lindo, sea un desayuno, almuerzo o cena navideña”. El día ofrece muchas opciones para estar con los dos, no tiene por qué haber fricción.

7. Procure mantener un buen estado de ánimo, actitudes hostiles o de amargura no son beneficiosas para nadie.

Decidan darle a sus hijos unas festividades llenas de paz, espiritualidad y calma, es el mejor regalo que recibirán. (O)