Hoy es el último día para visitar la exhibición de las obras seleccionadas para la sexagésima edición del Salón de Julio en el Museo Municipal de Guayaquil.  El pasado 22 de julio, el director del salón Hernán Pacurucu Cárdenas, acompañado por el jurado conformado por el chileno Hernán Miranda, los argentinos Rodrigo Alonso y Roberto  Echen, anunció a los ganadores: Diana Gardeneira en primer lugar con la obra Cojuda, acepta mi halago, seguida por Emilio Seraquive Valarezo con su obra Waluigi smash ultimate o lojano mata lojano, y en tercer lugar Dennys Navas con Vigilia de un Demiurgo. Cabe mencionar que el jurado de admisión lo conformaron Olmedo Alvarado, Christian Moreano y Victoria Bastidas, todos de nacionalidad ecuatoriana.

Diana Gardeneira es una artista visual y diseñadora gráfica ecuatoriano-costarricense, nacida en 1981, que vive y trabaja en Guayaquil. Hasta ahora reúne grandes logros como ser la ganadora del Salón de Octubre en el 2018, así como receptora de Fondos de Fomento de las Artes, Cultura e Innovación del Ministerio de Cultura (2017-2018), y ser la única artista ecuatoriana en Bienalsur. Será interesante seguir de cerca la carrera de Diana Gardeneira.  

Basándome en las declaraciones insustanciales de Gardeneira sobre la teoría del feminismo en los múltiples conversatorios y charlas que han tenido lugar en torno a su triunfo en la sexagésima edición del Salón de Julio con su obra Cojuda, acepta mi halago, cuestiono si su interés por el reconocimiento predomina sobre su interés por socializar los ideales de la cuarta ola de feminismo que se manifiesta en múltiples ciudades de Latinoamérica. Empleando un discurso simple –ignorando los importantes términos acuñados por las distintas teóricas del movimiento feminista de siglos pasados, dictando a Virginia Woolf y a las Guerrilla Girls como sus únicas referencias– la artista expresó su interés en las cifras y declaró que su principal motivación por participar en el Salón era “cambiar las estadísticas”.

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En redes sociales y en varios artículos se recalca que Gardeneira es tan solo la sexta mujer en ganar el Salón de Julio en sesenta años. ¡Felicidades! Asimismo, el que un jurado compuesto exclusivamente por hombres elija a una artista ganadora para el Salón de Julio dice aún más. Un Salón debe reflejar los acontecimientos de su época y así lo han considerado Miranda, Alonso y Echen. La obra Cojuda, acepta mi halago representa a las mujeres de la ciudad. La representación de distintas vestimentas, ópticamente sobrepuestas con una habilidad técnica admirable de pintura, simboliza a las diversas mujeres que dieron su testimonio durante el estudio realizado por la artista. Según Gardeneira, “cada capa configura la identidad femenina y problematiza el papel de la sociedad como constructora de identidades de género y su estructura de poder”. Profundizando, la obra enfatiza la interseccionalidad del feminismo pero lamentablemente no podemos ignorar que es generada desde una mirada masculina.

Fue en el ITAE donde descubrió el feminismo y en la Universidad de las Artes donde amplió sus conocimientos. Tácticas inútiles de empoderamiento femenino (2016-presente), la serie de la cual la obra ganadora del Salón es parte, es producto de una encuesta realizada hace dos años por la artista a un grupo de 120 mujeres de Guayaquil que demostró que el 90% de las mujeres ha sufrido acoso sexual.

El trabajo es evidencia del progreso de la artista en su práctica. Destaco que Cojuda, acepta mi halago efectivamente critica la culpabilización de la víctima, la normalización de la cultura de la violación, la cosificación de la mujer; comunica de una manera clara la problemática del acoso callejero en la urbe y efectúa un llamado a actuar a favor de los derechos de las mujeres y a erradicar la violencia hacia ellas. Sin embargo, resulta contradictorio tener a esta artista, cuya obra feminista gana el Salón de Julio en el 2019, pero que se demuestra escéptica al declarar ser feminista. ¿Será la desinformación sobre el movimiento lo que genera su miedo? (O)

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