Alegría y Tristeza son los protagonistas de una historia llena de emociones y valiosas lecciones de vida. El mercadillo de la sinceridad es una adaptación libre de un texto del escritor y dramaturgo ecuatoriano José Martínez Queirolo, quien plantea una situación de dos personajes: uno que vende felicidad y otro que vende pena.

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Tomando esa premisa los actores María Paula Ortega, Martha María Ampuero y Patricio Rivadeneira se juntarán con 11 artistas con discapacidades en escena el domingo 3 de diciembre en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar. Esta fecha fue escogida por ser el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, establecido en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La pieza teatral infantil a través de su historia sirve de invitación para hablar sobre como podemos aceptar las emociones que vivimos y sentimos día a día. Desarrollada durante la Navidad, Alegría afirma que es un momento de gran felicidad, pero Tristeza argumenta que en realidad es una temporada que puede llegar a ser muy dolorosa para aquellos que enfrentan problemas personales.

Esta es la segunda ocasión que realizan esta producción realizada por el grupo Teatrin Tin Tin junto a la organización Somos Capaces. “El año pasado la trabajamos, pero en un formato corto, en donde solo había tres artistas en escena, o sea Martha, Patricio y yo. Ya este año decidimos por hacer una propuesta mucho más ambiciosa en un formato medio, ya no son 15 minutos en escena, sino que ahora van a ser 45 minutos, y por consiguiente el elenco creció”, cuenta Ortega, docente y productora teatral quien gestiona eventos para trabajar por la inclusión laboral en el ámbito artístico para personas con discapacidad.

La obra tiene un guion escrito y adaptado por Antonio Jurado, y será dirigida por Adrián Cárdenas. “El director general que ve la parte del montaje, de luces, y la escenografía es Adrián, pero yo soy quien trabaja más con los artistas con discapacidad, porque me dedico a darles clases de teatro, entonces tengo una relación mucho más directa con ellos”, confiesa Ortega, y agrega que Isa Ycaza se encargará del vestuario, y Juan José Ripalda de la composición musical.

Con este proyecto se busca la inclusión, y representación de artistas con discapacidad en espacios culturales, y abrir plazas laborales para este grupo de la sociedad. “Yo doy clases de teatro para niños y me pasa muchísimo que hay quienes no reconocen lo que es el síndrome de Down, por ejemplo, o no saben cómo se ve una persona discapacitada y eso viene bastante de que si tú prendes la televisión verás muy pocos artistas en las series producciones ecuatorianas o incluso internacionales, donde hay, pero hay, sigue siendo muy poca”, manifiesta la profesora de 27 años.

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Entradas: niños de 1 a 11 años, $ 7; adultos $ 12. Adquiéralas en la página web del teatro. (E)


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