A lo largo de la historia, los artistas han tenido la necesidad de plasmar en el arte su percepción del mundo. Si en siglos pasados los artistas representaron una realidad dominada, por ejemplo, por conflictos políticos o avances científicos, la generación actual de nativos digitales representa una realidad definida por el libre y rápido acceso a la información.

La exposición colectiva DOG Backwards is GOD (’Perro al revés es Dios’), de Xavier Coronel y Jorge Morocho, reúne en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) 37 obras, en su gran mayoría inéditas, en las que se revela un universo desbordado de referencias a la literatura, la música, la televisión, el cine, los videojuegos, la fotografía y las redes sociales. El título Dog/God (’perro/Dios’) es un palíndromo, una frase que se lee igual en un sentido que en otro, que sirve de pauta para que el espectador se sitúe como frente a un juego de pistas. Las monumentales obras pueden ser leídas como representaciones de la superabundancia de imágenes en el imaginario de los artistas, lo que invita a una lectura hipertextual.

Jorge Aycart se pregunta en el texto curatorial: “¿Cómo se traduce la luz a través de la pantalla?”. Si entendemos el papel que juega la luz en la historia del arte —que los artistas trabajaban con la luz del sol y luego la reemplazaron por la luz artificial, que hoy genera artificios en las pantallas—, comprendemos que el impulso creador de esta exhibición supera el acto revolucionario rupturista y vuelve obsoleta la tentadora discusión sobre la obediencia de la norma. El artista es concebido como un ser que crea en soledad, pero Coronel y Morocho han demostrado la enriquecedora experiencia que puede ocasionar lo contrario.

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La exposición estará abierta todo el mes de mayo, de martes a sábado, de 10h00 a 14h00. Hablando de palíndromos, cierro este texto con uno dedicado a los artistas: “Se es o no se es”. (O)